El Par Vial, se ha convertido en un modelo a seguir por parte de los planeadores urbanos. Con su construcción, se desahogó el conflicto vehicular en el Centro Histórico de la ciudad; se incrementó el valor comercial de la zona y el aprecio de sus tradiciones culturales; mejoró el equipamiento urbano; los servicios públicos y la seguridad de sus habitantes y logró, además, una mejor integración del tejido social, particularmente de colonias vulnerables y marginadas que se encontraban segregadas y consideradas de alto riesgo, tales como: Colonia Emiliano Zapata, Insurgentes Obrera, colonias que antes de la construcción del Par Vial, tenían un gran flujo migratorio, era ruta de Maras, comercio ilegal, base de operación de coyotes, además de vialidades poco alumbradas y sin vigilancia policiaca.

La “cereza del pastel” de las obras de infraestructura vial urbana construidas por el gobierno “Uno con todos” es, justamente ésta. Se considera de gran relevancia, por haber sido un compromiso del gobierno. Su ejecución ya había sido demandada por años. Esta obra surge de una petición unánime de la sociedad Tapachulteca y de la región del Soconusco. El proyecto fue discutido y consensado con los respectivos colegios y autoridades del lugar y realizado por una empresa Tapachulteca; La obra fue realizada por varias empresas de la región, y es de gran importancia señalar, la dinámica participación e intervención de los vecinos a lo largo de los 16 kilómetros de longitud en las dos calles que conforman esta gran obra vial.