Una nueva realidad construida a golpes de esperanza.

2/12/2015 08:23:00 a. m. 0 Comments

Soyaló, Chiapas,

Febrero 13 del año 2000

C. Orbey Sánchez Sánchez,
Presidente del Comisariado Ejidal de Soyaló

C. Senadora Amalia García Medina,
Presidente del CEN del PRD

C. Dr. José González Morfín,
Secretario General del CEN del PAN

C. Dip. Ricardo Cantú,
Representante de la Comisión Ejecutiva
Nacional del PT.

C. Lic. Armando Méndez de la Luz,
Representante del Presidente del CEN
Del Partido Convergencia por la Democracia

C. Lic. Fernando Zurita,
Representante del Presidente del CEN del
Partido Centro Democrático

Compañeros Presidentes de los comités estatales de los ocho partidos que integran la Alianza por Chiapas

Compañeros Legisladores estatales y federales

Amigos presidentes municipales

Distinguidos dirigentes de las organizaciones sociales presentes

Compañero César Chávez Castillo
Coordinador General de la campaña

Paisanas y paisanos de Soyaló

Amigas y amigos que vienen de los distintos municipios del Estado

Señoras y Señores.

Mañana hará un año que en esta plaza y frente a   ustedes,  empecé un camino de másde quinientos días en la búsqueda legítima de la gubernatura de Chiapas. Lo hice en mi pueblo para someterme al escrutinio público de  quienes  me vieron nacer y crecer y conocen mi origen. Ante ustedes propuse el proyecto de la esperanza que nos rescate de la desesperación, la incredulidad y la incertidumbre que ya invade a muchos chiapanecos. Sugerí algunas líneas generales de trabajo para que fuera enriquecida con las ideas y los conocimientos de todos aquellos chiapanecos que como yo, desean que las cosas cambien para asegurar un mejor mañana para nuestros hijos. Este proyecto lo ofrecí a todos los chiapanecos  sin importar raza, credo, color, preferencia política, generación o condición social.

Me propuse  recorrer el estado en busca de  todos, de los partidos, de las organizaciones y de los ciudadanos sin partido para proponerles una alianza hacia las elecciones del año 2000. Lo hice de frente, sabiendo que trastocaba intereses de quienes creen tener escriturado a perpetuidad el gobierno, el destino y las ilusiones de Chiapas.

Hice el compromiso ético de hablar con la verdad en busca de la unidad para  la construcción de una nueva mexicanidad chiapaneca  que nos permita recuperar la conducción de los procesos políticos y sociales en Chiapas.

Hoy, con mucha satisfacción puedo informar a todas aquellas personas que desinteresadamente han hecho aportaciones a este proyecto, que no somos los mismos. Hace un año, llegamos a esta pueblo varias individualidades. Hemos crecido cuantitativa y cualitativamente: ahora nos acompaña la fortaleza, la capacidad, la experiencia, la infraestructura, la historia de lo más representativo de la sociedad organizada de Chiapas.

En muy poco tiempo en comparación con los años de enconos, de polarización, de abandono, de deterioro de la capacidad de interlocución entre los actores políticos y sociales, hemos logrado un propósito común con la más amplia unidad de fuerzas nunca antes vista en la historia de Chiapas y de México.
  

La integración de ocho partidos políticos, decenas de organizaciones sociales de Chiapas y la voluntad de miles de chiapanecos no organizados ha sido posible porque cada uno de nosotros hemos asumido nuestra responsabilidad histórica, hemos sabido interpretar el deseo y el ánimo de la gente, y hemos sabido conciliar cada una de las identidades con la necesidad del bienestar general.

Con esa orientación, el 8 de mayo de 1999, en un acto también de frente y con el pueblo,anuncié mi renuncia al Partido Revolucionario Institucional. Me convertí en Senador Independiente para continuar con los compromisos contraídos con la sociedad chiapaneca y en especial con las comunidades más pobres con las que trabajamos desde la legislatura. Mi definición política fue acompañada de la decisión estratégica de no afiliarme a ningún partido con el objetivo de ayudar a la unificación de las ideologías y las historias específicas que se han vivido en Chiapas.
Cada uno de nuestros pasos ha sido acompañado de acciones del régimen que ilusamente subestiman al pueblo chiapaneco. Esta gesta no es de un hombre ni de unos dirigentes políticos es de toda una sociedad cansada del gobierno de un partido que sólo la ha sumido en la pobreza. Hemos visto campañas de desprestigio, ingerencia en la vida interna de los partidos políticos, intentos de compra de líderes sociales, boicot a nuestros actos de campaña tanto simples reuniones de convivencia como aquellos actos de adhesiones colectivas.
Recursos públicos se han invertido para ello. La infraestructura institucional, de gobierno,que pretende garantizar la continuidad del PRI se empezó a utilizar desde el primer momento en que entendieron el carácter irreversible de la construcción de la Coalición Opositora que inevitablemente dará a Chiapas un gobierno de transición democrática este mismo año. Pero los intentos del sistema han sido y serán infructuosos.

En los últimos cuatro meses pudo percibirse con mayor claridad el resultado de los cientos de horas dedicadas paciente y esforzadamente en la restauración de la interlocución.

En ese proceso, el 24 de agosto de 1999, lo Partidos políticos Convergencia por la Democracia y del Centro Democrático se pronunciaron a favor de mi candidatura.

El 2 de octubre de ese mismo año, de manera formal, el Partido del Trabajo realizó su asamblea estatal para integrarse a la Alianza por Chiapas, aprobar una plataforma conjunta y considerarme como su candidato a gobernador. El proyecto de la esperanza contó con la participación de un partido de izquierda, con una amplia presencia en el sector magisterial, con una experiencia significativa para un partido reciente en las elecciones presidenciales de 1994.

El 30 de Octubre pasado, la Alianza por Chiapas, tuvo una mayor configuración con la fundamental determinación del Partido de la Revolución Democrática de incorporarse con una candidatura de consenso.

El patrimonio político del PRD, con su insoslayable trayectoria en la lucha social y política de Chiapas, con la natural confluencia de una militancia heroica fogueada en la izquierda y sus antecedentes unitarios, materializó la Coalición.

El 23 de enero de este año, otra gran fuerza política concluyó sus definiciones correspondientes. El Partido Acción Nacional, con su sólida presencia moral, con la experiencia electoral que dan los años en sucesivas jornadas cívicas electorales, con su disciplina para formar sus cuadros de gobierno, representantes populares y dirigentes, enriqueció de manera contundente y dio los equilibrios necesarios a esta Alianza.

Cuatro días después, el Partido Verde Ecologista de México, también concluyó con los procedimientos electivos internos para incorporarse a la Coalición y a la candidatura al gobierno de Chiapas. Desde ese momento los planteamientos ambientalistas, de conservación de la incomparable riqueza natural de un estado como el nuestro, del conocimiento de la integración adecuada entre naturaleza y desarrollo, nutrieron este proyecto.

A finales de enero del 2000, dos fuerzas políticas nuevas: el Partido de la Sociedad Nacionalista y el Partido Alianza Social fueron determinantes para involucrar al más amplio espectro ideológico en esta noble causa por la supervivencia del estado de Chiapas.

Paralelamente, docenas de organizaciones sociales, económicas y civiles se han ido incorporando a este gran esfuerzo.

Hace un año no nos imaginábamos que nuestros esfuerzos culminarían en la gran fuerza para el cambio que somos hoy quienes integramos esta gran alianza cansados ya de tanta injusticia, impunidad y violencia que nos han hecho padecer los malos gobiernos priistas. Nosotros somos la síntesis de las luchas del presente, de las aspiraciones que movieron a cientos y miles de chiapanecos que desde hace ya casi tres décadas luchan cotidianamente por un verdadero cambio social en nuestro estado. Sí, somos esa síntesis de lo nuevo que se ha forjado en ese tiempo, una fuerza que todavía no termina de llegar porque se le ha negado los espacios legales e institucionales y, por el contrario ha enfrentado cerrazón, hostigamiento, apatía y violencia.

El año pasado hicimos un largo recuento de nuestra historia y trazamos el rumbo a seguir. Hoy, es conveniente actualizar el diagnóstico, los compromisos, recordar las tareas y ampliar la convocatoria.

En estas últimas tres décadas el viejo orden social ha sido derrumbado y pasa hoy por una crisis que nos mantiene condenados a la violencia y a la descomposición social. Los viejos caciques de “horca y cuchillo” forman ya parte de nuestro pasado, los que todavía sobreviven son como siniestras piezas de museo que hoy tienen secuestrada la soberanía y la voluntad popular de los chiapanecos, y utilizan nuestras instituciones para ofendernos y pisotear nuestra dignidad. La ingobernabilidad que hemos vivido a lo largo de las dos últimas décadas ha sido la condición ideal para el saqueo de nuestros recursos y nuestros bienes y para una vergonzosa relación de sumisión frente a la federación que cada vez con mayor frecuencia, y cuando conviene a los propósitos del gobierno central, nos manda regentes o delegados que han aprovechado muy bien para enriquecerse escandalosamente con la complicidad de un legislativo realmente inexistente y un poder judicial complaciente e inoperante.

Esta ingobernabilidad es la principal causa del desequilibrio social y político, de la incertidumbre y la corrupción en que navegan estos gobiernos circunstanciales, no nos han permitido a los chiapanecos superar los desequilibrios regionales, propios de estructuras económicas marginales, solo sujetas a los vaivenes de los intereses transnacionales y a los mercados externos. No es un secreto para nadie que la actual política económica ha condenado a la mayoría de los productores de Chiapas, que son los maiceros, a una lenta y dolorosa extinción. El maíz, que es no solo nuestra principal fuente de alimentación sino algo ligado a nuestros mitos y leyendas fundacionales, está hoy en peligro frente a la amenaza de los productores norteamericanos, esos sí protegidos por su gobierno.

Tenemos que impulsar una nueva política, en donde impere no solo la lógica del mercado sino fundamentalmente la urgencia, la necesidad de consolidar una economía que primero mire por la satisfacción de nuestras necesidades de reproducción y de vida, no de sobrevivencia, de vida plena, humana, en toda la extensión de la palabra.

Por ello, es importante que desde ahora pensemos en cómo vamos a superar el desequilibrio regional de nuestra economía, en cómo vamos a lograr un verdadero desarrollo que ponga por delante la riqueza humana de los chiapanecos, que mejore nuestra calidad de vida. En este primer año de trabajo por construir una propuesta de cambio de y para los chiapanecos he podido constatar que todavía padecemos problemas agravados por el desatino de quienes nos han malgobernado. Una de las principales es la de las comunicaciones causa no solo de aislamiento y dispersión sino sobre todo de ese crecimiento desequilibrado e inequitativo. Pero también es importante no solo en lo económico, lo es en lo social porque ese aislamiento ha dado lugar a los localismos y regionalismos que nos caracterizan. Cada pueblo y a  veces cada región de Chiapas, y lo digo con  el mayor respeto, se siente y se piensa el centro del mundo. Por eso tanta descalificación, por eso nuestras guerras entre pueblos - como aquella entre Tuxtla y San Cristóbal de 1911-, por eso la intolerancia como aquella expresada en los grupos autodenominados “auténticos”.

No se trata tan solo de hacer caminos y carreteras porque nos faltan. Hay que pensar en el desarrollo equilibrado de los pueblos y las regiones, no solo en los propietarios de las empresas constructoras o en las elites económicas y políticas como ha sido siempre. Solo así podremos comenzar a tender puentes de igualdad entre unas regiones y otras. Sólo así, comenzaremos a combatir otro de los grandes males de Chiapas: la injusta distribución de la riqueza. Por supuesto eso no lo es todo, es apenas un eslabón, una parte del andamio que construiremos para que por fin Chiapas y los chiapanecos caminemos de la sobrevivencia a la vida, verdaderamente humana, para que pongamos fin no solo a la depredación y explotación irracional de nuestros recursos naturales sino también de los hombres y mujeres de nuestro estado.

Hemos encontrado también un clamor generalizado contra la imposición: la falta de otros caminos, los de la participación de los pueblos y los ciudadanos. Los chiapanecos ya no podemos seguir siendo solo parte del paisaje, tenemos que tomar parte en todas las decisiones, respetando las diferencias, las preferencias, tenemos que avanzar construyendo consensos. Hoy la democracia no solo es posible es condición de convivencia armónica y pacífica. Es garantía de la paz y el respeto de los derechos humanos tan sistemáticamente violados e ignorados hoy. Un gobierno democrático debe ser tolerante, incluyente y respetuoso del otro y de los otros, los diferentes a él. Nuestra propuesta se fundamenta en una idea de democracia no solo electoral sino cotidiana y por ello propongo desde ahora una reforma política profunda que considere la incorporación de mecanismos de consulta ciudadana como el plebiscito y el referéndum en nuestra constitución local, así como la participación directa de las expresiones de la sociedad civil en la vida política y social de nuestro estado. Solo así seremos coherentes y consecuentes con las luchas de nuestro pasado reciente y con este gran movimiento incluyente, plural y democrático que hoy conformamos.

Pero en los últimos veinte años no solo han habido cambios sociales y políticos, en lo cultural los pueblos de Chiapas han dado muestras de un vigor y de una creatividad cada vez mayor. En lo material -que incluye a la mal llamada artesanía de los pueblos indígenas-, el teatro, la danza, la música y otras expresiones del arte y la cultura se expresa la pluralidad de nuestra cultura. Sin embargo, y pese a esta importancia quienes ahora gobiernan las han considerado y tratado como culturas de “segunda” y las instituciones de cultura han servido solo para satisfacer egos aristocratizantes y estrategias de simulación, para favorecer a plumas incondicionales y pensamientos oficialistas, más que a promover, extender y difundir este renacimiento cultural que los chiapanecos venimos desarrollando desde hace ya dos décadas. Hace falta crear verdaderas instituciones que promuevan la diversidad de nuestras culturas. Sí Chiapas es un estado pluricultural bien se merece instituciones de culturas, que eso somos, un pueblo de culturas.

Pero no podemos aspirar al desarrollo de nuestra economía, al establecimiento de un sistema y de una vida democrática, al imperio de la justicia, al ejercicio de una verdadera libertad y a ser ciudadanos en la exacta dimensión de la palabra si no revisamos y desarrollamos una política educativa acorde con nuestros propósitos, no elitista, masiva pero no masificada, gratuita incluso -y necesariamente- en el nivel universitario, coherente con nuestras necesidades de desarrollo económico, social y cultural. Que considere a la educación en su función sociocultural antes que técnica y comercial porque nos interesa el desarrollo humano de los chiapanecos y la educación, en todos sus niveles, debe ser la primera trinchera de combate contra nuestros grandes enemigos: la ignorancia, la pobreza, la impunidad, la intolerancia, la corrupción y la antidemocracia. Si una condición para resolver nuestros problemas es el conocimiento de ellos, debemos construir una sociedad que guíe sus actos por el conocimiento y luchar porque seamos gobernados igualmente por el conocimiento.

Hoy, a 365 días de haber comenzado nuestra lucha por el cambio, reitero mi compromiso de encabezar un gobierno de transición que ponga los cimientos de la nueva convivencia. Un gobierno que entierre a la vieja cultura política de simulación, autoritarismo, exclusión, defraudación, corrupción e impunidad, y ayude a bien nacer lo nuevo que estamos construyendo: un gobierno democrático, incluyente, plural y tolerante.

Hoy ratifico también mi profunda convicción de impulsar en los próximos seis años un gobierno de reconciliación y paz, que afiance los lazos de hermandad entre chiapanecos y que no atice, como se ha venido haciendo, el fuego de los odios y rencores entre semejantes. Un gobierno que no estorbe la paz sino que sea un facilitador del diálogo, la conciliación y la paz digna.
           
El próximo, no será el gobierno de la revancha ni de la venganza. Como ya lo dije, no tengo agravios personales, me agravia todo aquello que ha ofendido a los chiapanecos.

Me comprometo ante ustedes, a luchar por el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés y a su ejecución en el marco de la bilateralidad pactada por las partes que lo suscribieron.

Me vuelvo a comprometer  como lo hice en la COCOPA y en mis diversas intervenciones en la tribuna del Senado, a pugnar por establecer en la ley y sobre todo en los hechos una nueva relación con las comunidades y los pueblos indios, que responda a sus envejecidas demandas de justicia.

Hoy enfatizo mi compromiso de conducir un gobierno de seis años, conformado con los mejores hombres y mujeres que viven en Chiapas; un gobierno que maneje los recursos públicos con celo, transparencia y responsabilidad en beneficio de los que lo necesitan.

Hoy quiero también dejar muy claro de una vez por todas para aquellos que desde trincheras bien conocidas intentan revivir los fantasmas de una improbable e inadmisible guerra religiosa: el próximo gobierno será promotor de la tolerancia, respetuoso de la libertad de credos, defensor de la separación entre la iglesia y el estado y profundamente secular.

Gobernaré, lo afirmo categóricamente, para católicos y evangélicos, para quienes tengan otra religión o para quienes carezcan de ella, sin preferencias y con absoluto respeto e igualdad. Que no quepa la menor duda.

Hoy reafirmo mi convicción de que sólo un gobierno con visión de futuro puede comenzar la gran tarea de reconstrucción de Chiapas. Impulsaremos un proyecto de desarrollo de largo aliento, pero atenderemos con diligencia lo que es prioritario: educación, salud, alimentación, medio ambiente y la producción.

 Amigas, amigos:

A 189 días de la gran victoria, desde mi pueblo Soyaló, a todos los que voy a mencionar donde quiera que se encuentren, les hago la siguiente convocatoria:

·         A las organizaciones sociales y civiles, a rearticularse y reavivar la llama del movimiento social con el propósito de integrar un solo frente común que apuntale la Alianza por Chiapas. Los convoco respetuosamente a impulsar la celebración del Congreso Estatal de Organizaciones Independientes que defina sus propuestas para el nuevo gobierno.

·         A los legisladores de la oposición representada en el Congreso del Estado, a impulsar la creación de una comisión que vigile la aplicación de los programas sociales para impedir que éstos sean usados como instrumento de defraudación electoral.

·         Al magisterio democrático de Chiapas, a los médicos comunitarios y a los maestros bilingües, a difundir en las poblaciones rurales y en las comunidades indígenas la nueva cultura de Alianza, explicar su conformación, sus objetivos y sus bondades; y en su tiempo libre participar en tareas de capacitación política y electoral, para evitar el engaño, la compra del voto y el desvío de los programas sociales.

·         A nuestros hermanos zapatistas, a sus bases sociales, a reflexionar en lo costoso que ha resultado para el pueblo de Chiapas renunciar al derecho de elegir. El precio de mantener autoridades carentes de legitimidad ha sido pagado con sangre especialmente por las comunidades indígenas. Los invito respetuosamente a debatir, a discutir, a deliberar democráticamente como lo acostumbran,  sobre la conveniencia de alentar por la vía de las urnas, que un nuevo gobierno legítimo se establezca en Chiapas.

·         A todo hombre o mujer, para que de acuerdo con las facultades que nos otorga la Constitución General de la República, de manera organizada y pacífica, detengan a cualquier persona que sea sorprendida en flagrancia entregando a nombre de un partido político despensas o recursos de programas sociales, y lo ponga de inmediato a disposición de la autoridad mas cercana que encuentre. El desvío de programas sociales para  favorecer a un partido, es un delito grave.

·         A los hombres y mujeres de Chiapas mayores de 18 años, a constituir Comités de Apoyo a la Alianza por Chiapas, en cada barrio, colonia, ranchería, paraje, ejido o centro urbano, para promover y en su momento defender nuestros votos. Les pido que cada uno de ustedes se convierta en candidato y en cada organización o grupo prive el espíritu de alianza.

·         A los Jóvenes y mujeres a sacudirse la indiferencia y ser parte de este nuevo día. Ya no hay tiempo para observar, la hora de actuar ha llegado. Ya no hay mañana, para Chiapas el mañana es ahora.


·         A los dirigentes, sectores y organizaciones del PRI, a que se comprometan con el pueblo de Chiapas a mantener una contienda civilizada y transparente, a contender con equidad y altura como lo que nunca han sido: un partido político, y a dejar de actuar como siempre lo han hecho: como una agencia gubernamental. Que ni se les ocurra violentar la voluntad popular porque se van a encontrar con un pueblo dispuesto a defender con determinación uno a uno sus votos. Convoco al PRI a no desaprovechar la oportunidad histórica de entregar sin resistencia el poder que ilegítimamente detentan y que en las urnas les vamos a arrebatar democráticamente de manera clara y contundente el próximo 20 de Agosto.

·         A los hombres y mujeres de buena voluntad, a no dejarse engañar o comprar. A los buenos priistas, a los priistas honrados que luchan por el cambio pero que su esfuerzo se ve asfixiado por un partido que ni promueve ni quiere el cambio, les decimos que las puertas de este movimiento están abiertas, ¡bienvenidos a la lucha democrática!.

·         A los medios de comunicación los convoco a tomar distancia del poder ilegítimo, no de la realidad. A construir con todos la nueva sociedad democrática que les permita hacer del periodismo un ejercicio de libres conciencias. A comprender mejor que con ustedes el tránsito a la democracia puede ser menos doloroso. Muchas gracias a los periodistas libres que desafiando amenazas y hostigamiento nos han abierto durante este año de lucha sus espacios a nuestra palabra.


Concluyo con la siguiente reflexión:

A lo largo de estos meses, a pesar de todos los obstáculos y contra todos los vientos y mareas promovidos desde el poder, jornada tras jornada y huella tras huella, trazamos sin atajos un nuevo camino por el que transitan nuestros sueños, nuestros anhelos y transita sobre todo, nuestra verdad. No nos mueve, como aseguran algunos, la codicia por el poder. Como alianza nos oponemos a la codicia y tan no la queremos que el próximo 20 de agosto, a punta de votos, la vamos a sacar de cada rincón y de cada pasillo de palacio. No lo dudo, que nadie lo dude, estamos ganando ¡vamos a gobernar!

Nadie nos va a regalar nada, estamos pagando de día en día y costo a costo el precio de la batalla que  ya estamos ganando. Ni ahora ni mañana  nos podrán arrebatar lo que por derecho de unidad y de mayoría nos corresponde; que nadie se deje intimidar, los que se ostentan como los más, son y bien lo saben, los menos y a los que nos descalifican de menos, somos en realidad los más.

El hartazgo en Chiapas siempre ha sido mayoría, los menos que se han servido del poder lo han hecho gracias a que por décadas nos dividieron diferencias, hoy esto ha  cambiado, estamos haciendo historia, por fin los más nos hemos organizado, empezamos hoy pero venimos del ayer, no somos improvisados, tenemos nombre y apellido, nos llamamos Alianza por Chiapas.

Somos una nueva realidad construida a golpes de esperanza, nos hermana  el coraje por nuestra tierra y nuestra gente mancillada; nos convocó y convoca el reclamo y la vergüenza de nuestras conciencias.

Somos los inconformes, los que se han rebelado contra ese pasado estacionado y abultado que no pasa. Nos disgusta el desgastado y desgastante discurso de siempre, nos fastidia lo mismo, el uso y el abuso de un lenguaje que pretende disimular la tragedia y el dolor de las venas abiertas de Chiapas.

Nos indigna que nos tomen por tontos. ¿Con qué autoridad nos dicen ahora que es primero la gente aquéllos que en Chiapas han tenido siempre a la gente en último lugar?

Los que dicen primero la gente, ¿no son los mismos que nos han arruinado?

Los que hoy dicen primero la gente, ¿no son los responsables de que ocho de cada 10 chiapanecos vivan en condiciones de extrema pobreza, de que ocupemos el primer lugar en analfabetismo, en desnutrición y en muertes por parto y por diarrea?

¿Desde cuándo para ellos, es primero la gente?

Los que hoy dicen primero la gente, ¿no son los mismos que con su complicidad criminal consintieron las matanzas del Bosque y Acteal?

Para los políticos que se definen como profesionales y que son responsables del desastre de Chiapas, la gente nunca ha sido primero.

Por eso hoy afirmamos categóricamente: para el Movimiento de la Esperanza la gente no es primero, ni después, la gente ¡es siempre!

Porque no somos de los que miran y no hacen nada, porque no somos de los que se quejan y no actúan, porque no somos de los que se irritan  pero no se mueven y porque sí somos de los que se atrevieron a organizarse, a dar la cara y a empeñar sus ideales, hacemos oír desde Soyaló nuestra voz.

Porque nos oponemos a que los menos sigan lucrando  con la dignidad y los recursos de los hombres y mujeres de Chiapas, levantamos nuestra voz, la voz de la Alianza por Chiapas que es la voz de la mayoría, la voz de la esperanza, esa voz les advierte desde aquí, a todos aquellos que se obstinan en seguir viendo a Chiapas como un botín, que este 20 de agosto

¡Vamos a ponerles un alto!

Señoras y Señores:

Aquí ante el testimonio nostálgico de la casa que me vio nacer, a unos cuantos pasos de la modesta choza donde vivía doña Tallita, la partera que me recibió; junto a mi primera escuela; ante la mirada silenciosa de la casa que fue de mis abuelos; aquí, teniendo como testigos los viejos muros del templo católico, reconstruido por el primer presidente municipal no católico que tuvo Soyaló, el Prof. Héctor Salazar, mi padre; frente al escrutinio de mis amigos de infancia, de mis maestros, de la nueva clase política que gobernará Chiapas y frente a mis paisanos, me comprometo y les prometo por mis hijos y los de ustedes, ¡no les voy a fallar! Por la esperanza de los que creen en nuestra lucha ¡no les voy a fallar! Por respeto a ustedes y a mí mismo ¡no les voy a fallar!

Por los que lucharon antes que nosotros ¡no les voy a fallar! Por Chiapas, ¡No les puedo fallar, no les voy a fallar!


Muchas gracias.