Chiapas: Un camino diferente.

2/12/2015 06:43:00 a. m. 0 Comments

Villaflores, Chiapas;
8 de mayo de 1999.

Discurso pronunciado por el Senador
Pablo Salazar Mendiguchía, de ruptura para
construir la Alianza, donde declara públicamente
su renuncia al Partido Revolucionario Institucional
y ser Senador Independiente

Paisanos y paisanas:

Con afecto respiro con ustedes el aire cálido de esta tierra. Saludo a los frailescanos y cuxtepecanos, hombres y mujeres del campo y la ciudad, que han hecho de los estribos de la Sierra Madre de Chiapas un suelo  digno para vivir y producir con el trabajo arduo de cada día. Les expreso mi agradecimiento a los hombres y mujeres de los municipios de Villaflores y Villacorzo, que con sus nombres rinden honor al educador fray Víctor María Flores y al liberal don Ángel Albino Corzo; y a los del municipio de la Concordia cuyo nombre nos recuerda la necesidad que tenemos de reencontrar el valor de la convivencia para vivir en paz y armonía, sin exclusiones de ninguna clase.

Saludo muy especialmente a los amigos maiceros, a los productores de café, a los ganaderos, pescadores, transportistas, comerciantes, jóvenes y ancianos, mujeres y hombres de aquí y de los distintos municipios de la Costa, el Soconusco y Los Altos, del Centro y del Norte de nuestra geografía que solidariamente vinieron a este evento para acompañarme en uno de los actos más importantes de mi vida. A todos les agradezco el esfuerzo por estar aquí.

Especialmente expreso mi gratitud a todos los que hicieron posible la realización de este acto; a quien nos prestó el terreno, a los que proporcionaron el transporte, a los que donaron el combustible, a los que regalaron animales para dar de comer a tanta gente; a los que nos facilitaron el sonido, a todos sin excepción, los que pusieron su servicio, talento y tiempo, la mejor inversión que puede hacerse cuando se cree en una causa. Muchas gracias.

Ustedes saben por experiencia cotidiana las difíciles condiciones que enfrentan los sectores productivos de Chiapas, resultado de la política económica del régimen. Los aquí reunidos conocemos que hoy a pesar de trabajar más los beneficios económicos son menos. Esta triste realidad se explica por la confluencia de muy diversos factores (locales, regionales, nacionales y mundiales), los cuales agudizan el entorno adverso que ya de por sí, históricamente, ha sido contrario a los productores agrícolas, ganaderos y pesqueros. Mientras la naturaleza ha sido pródiga con los chiapanecos, la estructura económico-política se ha caracterizado por su capacidad para depredar los recursos de todos. Sí, la nuestra es una tierra rica con un pueblo pobre.

Ustedes conocen de primera mano que la situación en el campo es crítica, lacerante. Nuestro cultivo y alimento principal, el maíz, atraviesa por una coyuntura productiva, económica y comercial muy desfavorable. Los sembradíos de maíz son los que más superficie agrícola ocupan en nuestro estado; es el sustento, casi único, de la mayoría de las familias rurales y su valor cultural supera con mucho su valor en el comercio. A la crisis estructural del campo hay que agregar la decisión gubernamental que terminó con la Conasupo, organismo que si bien no es un ejemplo de eficiente y honesta administración de una empresa pública, de todas maneras sirvió de apoyo y cobertura a los campesinos para obtener una mejor paga al comercializar el maíz.

El caso del café, tan fundamental para Chiapas porque de su cultivo dependen directamente más de cien mil familias, igualmente mantiene encendida una luz roja. Los productores y exportadores llegan a la competencia mundial cafetalera en condiciones adversas. Mientras los gobiernos de los principales países productores de café tienen políticas claras para apoyar permanentemente al sector, en México enfrentamos burocratismo y falta de una visión a largo plazo en las instancias oficiales encargadas de coadyuvar e impulsar el ciclo producción-comercialización del café. Lo que el gobierno quiere hacer con este sector no es lo que los productores están pidiendo; ellos demandan una política integral para el café, que incluya capacitación, asistencia técnica, financiamiento oportuno para la producción y comercialización con intereses blandos, una política de fomento, no asistencialista y apoyo a la infraestructura eléctrica y carretera. Hay que hacerles caso.

La situación que vive la ganadería también es alarmante, agravada por las pérdidas ocasionadas por las intensas lluvias en algunas zonas ganaderas el año pasado. El 95 por ciento de esta actividad es de tipo extensivo, una forma caduca y poco productiva para obtener buenos resultados en la crianza de ganado. Las condiciones tecnológicas, sanitarias, alimentarias y comerciales tendrían que transformarse drásticamente para que el potencial ganadero de Chiapas se aproveche de una manera amplia. Esto sólo será posible con unidad, organización y trabajo por parte de los ganaderos y el acceso a nuevas tecnologías en el ramo. Por su parte a las autoridades corresponde garantizar la seguridad de las inversiones, atender los reclamos sociales auténticos y hacer respetar los intereses legítimamente constituidos.

Las cuantiosas inversiones para obtener petróleo y energía eléctrica en Chiapas no sólo no aportaron sustanciales mejoras y beneficio a la economía del estado, sino que ambas industrias han venido a constituirse en injertos que lesionan a los centros de población cercanos a presas hidroeléctricas o pozos petroleros. A esta relación de problemas podría agregarse aquellos derivados de nuestra condición de ser una entidad fronteriza, como la migración centroamericana; el creciente narcotráfico o aquellos venidos desde las entrañas de nuestro rezago histórico: el analfabetismo, alto crecimiento demográfico, el racismo que no se atreve a decir su nombre, la pobreza y la carencia de una infraestructura moderna.

La insatisfacción permanente de los chiapanecos por la forma en que se aplican las políticas en nuestra entidad, particularmente en el campo, del que depende de manera sustancial nuestra economía, ha sido un sentimiento que he recogido para transformarlo en denuncia y propuesta, las cuales, lamentablemente, no han encontrado eco en la visión centralista que se tiene de Chiapas.

He sostenido y mantendré una actitud de propuesta constructiva. Creo firmemente en la libertad de conciencia. En ejercicio de ella he sido un priísta identificado con los principios sociales que emanan de nuestra Constitución. También en ejercicio de mi libertad de conciencia he mantenido puntos de vista que no comparte la visión más atrasada del PRI.  Mi  divergencia ha sido pública y  está documentada.

Consciente de que mi lugar en el Senado se debe a la voluntad de ustedes, he dedicado mi tiempo a ser representante popular y no funcionario del Ejecutivo. Convencido de que una de las deudas de nuestro sistema es el fortalecimiento de la división de poderes, he luchado junto con otros por un poder legislativo fuerte y autónomo. Fortaleza y autonomía para hacer efectiva una relación equilibrada entre los poderes, cuya función sea acotar las enormes facultades concentradas en el Ejecutivo y que éste represente genuinamente los intereses de los mexicanos. Por lo mismo, en varios asuntos he ido a contra corriente de la línea oficial de la fracción senatorial a la que pertenezco. En esos momentos he considerado que mantener mi autonomía ha representado privilegiar los intereses de los chiapanecos, en lugar de favorecer una política reacia en comprender los estragos que su aplicación tiene para nuestra sociedad en su conjunto.

Desde su fundación y hasta hace casi tres meses pertenecí a la Comisión de Concordia y Pacificación. Si renuncié a ella fue porque al iniciar mis actividades para contender por la gubernatura de Chiapas entendí que éstas son incompatibles con las tareas de coadyuvancia en el proceso de paz, y no deseaba confundir las tareas de pacificación con las electorales. Sin embargo, he reafirmado mi compromiso de buscar la paz por otros medios y de contribuir en mi nueva responsabilidad a conseguirla.

Con el Grupo Galileo hemos dado importantes batallas por dignificar la vida del Senado y por incidir en la democratización de la vida interna del PRI. En la elección de la nueva dirección nacional de este partido, la mayoría de los integrantes del Grupo Galileo participamos impulsando otra fórmula con la inclusión de mi compañero José Luis Soberanes. La respuesta fue una feroz ofensiva desde el propio partido para descalificar la fórmula y desalentar su participación. Las condiciones de inequidad en la competencia, la forma tan desaseada como se instrumentó la vieja cargada, concluyó con el retiro de mis compañeros, y a la vez confirmó la falta de voluntad por modificar los procedimientos de mi partido frente a su última llamada.

Mis diferencias con el PRI son cada vez más profundas, se agudizaron a partir de que la cúpula priísta del estado intentó expulsarme en el mes de noviembre pasado por instrucciones del Gobernador. Este frustrado intento de la dirección estatal, más que preocuparme, me gratificó política y moralmente porque en política tan importante es con quiénes se coincide como de quiénes se disiente. Disentir de la actual directiva estatal priísta, carente de autonomía y huérfana de ideas, es una acción que me honra.

Las agresiones, sin embargo, no concluyeron con la intentona de expulsión; se han intensificado a partir de que, el 14 de febrero, en mi pueblo Soyaló, anuncié mi legítima aspiración de ser el primer gobernador del nuevo milenio. En semanas recientes, desde espacios identificados con el poder ejecutivo estatal, se ha enderezado una campaña de hostigamiento hacia mis simpatizantes y representantes en distintas zonas del estado. Ocurrió claramente en Comitán, lo hicieron en Ocosingo y lo intentaron recientemente en la Costa del estado, sólo por ser parte de nuestro proyecto.

Hacemos la denuncia, pero también animamos a nuestros seguidores a resistir con organización y dignidad los embates de quienes creen que todos y todas tienen un precio. Se van a sorprender cuando descubran que una nueva conciencia social está resurgiendo, la de la generación del cambio a la que ustedes y yo pertenecemos. Por esta razón, lejos estoy de caer en las trampas de la mercadería política; nada les ofrezco a cambio de su apoyo, solamente la esperanza de que nuestro horizonte será distinto si trabajamos con valor y juntos para construirlo.

Amigas y amigos chiapanecos:

En las distintas posiciones que he desempeñado, a lo largo de 26 años, tanto en el partido como en tareas de gobierno, he realizado mis mejores esfuerzos por democratizar la vida de las instituciones; es mucho lo que he dejado de hacer y frente a las reclamos de la sociedad, es insuficiente y modesta mi aportación, la que refiero sucintamente:

Como Subprocurador de Justicia impulsé un proceso de humanización cuando todavía en Chiapas era incipiente la cultura de los derechos humanos. Promoví la cancelación de procesos penales a favor de quienes purgaban excesivas e injustas penas por pobreza o por ignorancia.

En la Secretaria de Educación y Cultura del Estado operé el primer examen de oposición para definir, mediante ese método, la asignación de plazas a maestros normalistas egresados de nuestras escuelas. Ese procedimiento fue avalado por maestros, alumnos, sindicato y por la opinión pública.

Como Vocal Ejecutivo del Instituto Federal Electoral, participé en la dignificación y autonomía del órgano y renuncié públicamente al cargo cuando recibí la consigna de instrumentar, con toda anticipación, el fraude electoral en el proceso que me correspondería actuar como autoridad.

En la Secretaría de Gobierno inicié el modelo de ciudadanización de los procesos electorales en el estado, el nuevo código y las nuevas autoridades. Participé en un esfuerzo político por separar al partido y al gobierno. Cancelé la red gubernamental que conectaba al PRI con el Palacio de Gobierno e inicié la recuperación de instalaciones públicas que estaban en poder de ese partido.

Privilegié, en esa Secretaría, el diálogo y la conciliación durante la administración para la que trabajé; como resultado de esa actitud, no se derramó, con cargo al estado, ni una sola gota de sangre, por eso he dicho con plena seguridad, que tengo las manos limpias.

Ya como Senador de la República, en un hecho sin precedentes, impugné públicamente el proceso antidemocrático por virtud del cual se eligió al líder de la fracción parlamentaria, y propuse uno nuevo y diferente.

Hasta aquí todo lo que he afirmado está debidamente soportado frente a la opinión pública. Aunque lo logrado es mucho menos que el objetivo deseado, y a pesar de haber cometido errores, debo decirles que no tengo absolutamente nada de que avergonzarme, tanto en mi actuación pública como en mi vida privada.

Al hacer frente a ustedes un balance de mi actuación pública he llegado a la conclusión, en la medida que pasan los días, que es cada vez más lo que me aleja que lo que me une al PRI. Dejo constancia de que he realizado mi mejor esfuerzo, he dado la pelea junto a otros por mejorar lo que tanto nos ha costado a todos y que tanto bien le hizo al país en su momento doloroso de tránsito, de un país de caudillos a uno de instituciones.

Hoy veo con preocupación que hay una peligrosa involución, un lamentable regreso a la época de los viejos caciques políticos regionales, encarnados ahora en la figura de algunos gobernadores que se comportan como dueños de la cosa pública y como amos del partido. Ese es el caso de Chiapas, que suma a sus viejas y nuevas penurias, la de padecer un gobierno que ejerce el poder con un sentido personalista y con una concepción patrimonialista del más viejo cuño.

La gota que ha derramado el vaso de miles de priístas en nuestro estado, tiene que ver con el bochornoso espectáculo que en días pasados nos obsequió el gobierno local en complicidad con la dirección del PRI, con motivo de la visita a Chiapas de José Antonio González Fernández.

La operación consistió en engañar, en hacer creer al presidente del partido (propósito no alcanzado hasta donde conozco) que el candidato del gobernador es el candidato por unanimidad de todos los chiapanecos. El gobernador Roberto Albores quiere hacer pasar por voluntad popular su voluntarismo personal, con la esperanza de que embone su aventura con la decisión que se tome en Los Pinos.

Con su actitud, Albores ha cancelado las mínimas posibilidades de tener por primera vez, en Chiapas, un proceso democrático; ha cerrado los espacios políticos y ha desatado las amarras de muchos que creíamos ingenuamente en una elección interna ejemplar. Si Albores esta dispuesto, al precio que sea, a imponer su candidato presidencial a los chiapanecos, con más razón buscará a toda costa imponer sucesor en el gobierno.

Esta confrontación de concepciones y prácticas políticas, así como las visiones opuestas de nuestra realidad con los gobiernos emanados del PRI, ha llegado ya a su límite. Por estas razones, el día de hoy, en este preciso lugar, rodeado de amigos y simpatizantes, he decidido hacer pública mi determinación de optar por un camino diferente.

Ante ustedes anuncio, desde el corazón de la frailesca, que he decidido poner fin a una militancia de 26 años en el Partido Revolucionario Institucional. Una vez más, a plena luz del día, de cara a la sociedad quiero anunciarles mi irrevocable decisión de:

Renunciar al Partido Revolucionario Institucional;
Declararme Senador Independiente;
No afiliarme a ningún partido político, en aras de un proyecto de unidad. En esta condición buscaré sumarme a todas las fuerzas que desean un nuevo rumbo para Chiapas, e
Intensificar los contactos con los partidos y organizaciones que integrarán la Coalición Opositora para un nuevo gobierno de transición democrática en el año 2000.

Mi no afiliación partidista busca que al no ser particularmente de nadie entonces pueda ser de todos los que creen en la factibilidad y necesidad de coincidencias programáticas para sacar a Chiapas de la crisis en que se encuentra inmerso. Por esta razón mi renuncia al PRI es un no rotundo al continuismo que ha sumido a nuestro estado en la marginación económica y política. Pero al mismo tiempo es un sí abierto y firme a la construcción de una candidatura ciudadana, en la que se sientan representados los más variados integrantes del mosaico social chiapaneco. Manifiesto con esperanza mi intención de presentarme a los procesos necesarios que designen las fuerzas de una amplia coalición para elegir al candidato que vaya a representarla en las próximas elecciones para gobernador de nuestra entidad.

Soy consciente de que en Chiapas tenemos una rica herencia de lucha social. Nuestra gesta, que hoy damos a conocer, quiere nutrirse del legado vivo que variadas fuerzas, organizaciones y personajes han ofrendado para el bien de todos nosotros. La esperanza a que llamamos ha sido vislumbrada por otros y otras en distintos momentos de la agitada historia chiapaneca. Nuestro movimiento pretende ser un crisol donde se funden los aportes históricos y actuales para lograr el cambio democrático en esta entidad.

Hemos convocado a esta reunión para compartir una decisión que muchos de ustedes ya habían considerado previsible: la renuncia colectiva al Partido Revolucionario Institucional. Es una decisión largamente reflexionada, no súbitamente improvisada. Es una determinación colectiva, no personal. Es una necesidad, más que una alternativa.

A ustedes les consta. No nos dejaron otro camino. Es una decisión forjada a golpes de agravios. Cuando propusimos innovar las prácticas políticas del PRI, obtuvimos por respuesta la diatriba y el insulto. Cuando impulsamos una alternativa de paz para Chiapas, se nos trató como rebeldes. Cuando disentimos de la manera como se gobierna a este pueblo grande y noble, se nos pretendió linchar en la plaza pública. Nos vamos del PRI, porque en este partido no hay lugar para nosotros.

No se tolera la crítica constructiva. No se acepta el derecho a disentir. No se permite la imaginación, el diálogo o la tolerancia. Cuando ingresamos a este partido que hoy dejamos, lo hicimos con la convicción de que era la mejor opción.  Que era la organización que durante muchos años se propuso interpretar el sentimiento nacionalista del pueblo mexicano y sus esperanzas de libertad, democracia y justicia social.  Hoy, todo eso, ha quedado atrás.

Como yo, y otros que se han ido, somos muchos ya, quienes preferimos retirarnos antes que continuar legitimando lo que no tiene juicio ni concierto en la ruta de un desorden que acusa una grave falta de autocrítica y coloca al interés personal, que a fin de cuentas, siempre será mezquino, por sobre el interés de grupo y de Nación.

Renunciamos a un partido que se niega a posibilitar un gobierno sustentado en la democracia y la pluralidad, pero que sobre todo procede a cada instante soslayando la unidad y la participación ciudadana. Renunciamos porque queremos ser congruentes con lo que pensamos y hacemos. Renunciamos porque nuestro proyecto político es de Nación, porque antes que legítimo interés personal, está el de las mayorías. Renunciamos porque reafirmamos los principios y valores de la política como instrumento de cohesión social y para servir a los demás. Renunciamos porque no fue posible convencer desde adentro que el cambio es irreversible y que en Chiapas, particularmente, ya no se puede postergar más la transformación negada por décadas. Renunciamos porque no aceptamos someternos ni arrodillarnos a la mezquindad y al avasallaje de un estilo de gobierno en el estado que carece de autoridad moral y de legitimidad.

Nuestra renuncia no sólo se trata de disentir para reencauzar orientaciones y propósitos. Son día y hora de un corte final, de un deslinde radical para demandar un nuevo rumbo político y gubernamental para Chiapas y para México, pues en ambos contextos, alentamos el cambio político y social por el que luchamos los mexicanos.

Sé también que en mi salida y en la de mis compañeros, los comprometidos con las causas y efectos del cambio, habrá de todo, que se incrementarán los ataques, las descalificaciones y, por supuesto, las calumnias. Esto lo digo, desde la experiencia vivida por los hoy gobernadores Cuauhtémoc Cárdenas, de la Ciudad de México; Ricardo Monreal Avila, de Zacatecas; Alfonso Sánchez Anaya, de Tlaxcala y Leonel Cota Montaño, de Baja California Sur. La vivencia de estos luchadores me alienta y anima a enfrentar lo que venga, porque el cambio vale la pena.

El PRI ha apostado a que solo puede seguir gobernando a Chiapas y ganar las próximas elecciones. Cifran su cálculo en la seguridad que tienen de que no habrá alianza opositora, de que cuentan con recursos económicos ilimitados para apoyar a sus candidatos y de que tiene los instrumentos para confundir permanentemente a la opinión pública y para desacreditar a cualquier dirigente político o social que se le oponga.

Yo apuesto a favor de la gente y a favor de la responsabilidad de las fuerzas de oposición para llegar a acuerdos que permitan vencer esa pretensión. Yo apuesto a favor de una política fundada en la verdad, en los compromisos serios y en un respeto verdadero hacia los ciudadanos, hacia las organizaciones no gubernamentales y hacia las comunidades de Chiapas y del país.

Chiapas necesita una nueva manera de hacer política. Demanda que haya elecciones libres e imparciales. Chiapas necesita enfrentar de manera resuelta la corrupción y evitar que los fondos públicos sean utilizados como si se tratara de cuentas privadas. Chiapas necesita tomar en consideración a todos los sectores y no a unos cuantos, porque si ha de restablecerse la paz y reconciliarse el estado, tendremos que establecer garantías para ganaderos, comunidades indígenas, empresarios, priístas y opositores, para los creyentes de todas las religiones y para los que no creen en ninguna, y tendremos que darle a los jóvenes y a las mujeres el lugar y el respeto que se merecen.

Estar comprometido con el Estado de Derecho no es usar la ley en contra del pueblo; es enseñar al pueblo a respetar la ley mediante el ejemplo de un gobierno que la respeta. Estar comprometido con la democracia, no es sólo hablar a favor de ella o incluso reducir las ventajas de su partido en las elecciones; es ir con la frente en alto para conocer el veredicto de los ciudadanos y, desde el gobierno, gobernar con todas las fuerzas políticas y no como representante de una facción. Comprometerse con la justicia no es utilizar los recursos federales y estatales para hacer programas sociales que sólo tienen un propósito de clientelismo político, que sólo engrosan las bolsas de los funcionarios y de sus favoritos; es cambiar las prioridades del gobierno para mejorar la alimentación, la educación, la salud, la justicia, la vivienda y la protección del medio ambiente, de forma tal que se beneficie más quien tiene menos.

En Chiapas se presentó en 1994 un grave problema. Unos lo quisieron interpretar como si se tratara de una mera conspiración y que, por lo tanto, tendría que ser reprimida. Otros, más allá de la rebelión y de los métodos de lucha con los que no coincidimos, lo vimos como la expresión de problemas sociales, culturales y políticos mucho más profundos que requerían para su solución de cambios verdaderos.

Porque creo en la paz y en los métodos pacíficos, porque creo en la ley y en el respeto a los derechos de los ciudadanos, estoy convencido de que la manera como el gobierno ha enfrentado el conflicto, en los últimos años, en vez de arreglarlo, lo ha complicado. Pero el conflicto, desde luego que tiene solución. Y la solución está en hacer un gobierno que respete los derechos de todos los ciudadanos y eso ¾todos lo saben¾ no existe en Chiapas. Ese es el gobierno que me propongo construir. Ese es el gobierno que voy a construir con el apoyo de todos los ciudadanos que aspiran a una estabilidad duradera en nuestro estado.

Suscribo la propuesta  de la Alianza Nacional Opositora de los partidos y organizaciones para las elecciones del 2000. A todos ellos, y a todas las fuerzas de la sociedad civil comprometidas con el cambio democrático, y también a todos los priístas que ya no están de acuerdo con las formas antiguas de hacer política, les propongo la conformación de la Alianza Ciudadana por la Dignidad, la Gobernabilidad, y la Soberanía de Chiapas. Desde esta tribuna llamo a toda la ciudadanía a conformar los Comités de la Alianza Ciudadana en los barrios y colonias, en los gremios y sectores, en los municipios y las regiones.

Hoy, aquí, en Villaflores, se refuerza la esperanza del cambio en Chiapas. Estoy seguro que ello contribuirá a fortalecer la esperanza de una victoria opositora en el 2000 y de un cambio en la forma de hacer política en nuestro país. Sé que de ese tamaño es la decisión que hoy, mis compañeros y yo hemos decidido tomar.

Soy un convencido de los valores de la civilidad y la democracia, por eso quiero trabajar con todos los chiapanecos que crean en la posibilidad de la reconciliación y la convivencia; en el respeto a la diferencia y a la tolerancia, no en la imposición de la sola voluntad desde el poder.

Tenemos muchas tareas que realizar en los siguientes días. Seguiremos recorriendo las comunidades, promoviendo la conformación de los Comités de la Alianza Ciudadana para que discutan temas y problemas que posibiliten el diseño de un programa que reivindique las propuestas fundamentales de ciudadanos, sectores y regiones. Nos interesa encontrarnos con las dirigencias y bases de los partidos políticos que compartan la idea del cambio, con las organizaciones, grupos civiles y ciudadanos representativos de la vida económica, social y cultural que nos permitan identificar los elementos esenciales coincidentes para construir la nueva alianza que posibilite el cambio en la Sierra, en Los Altos, en los Valles, en la Costa, en el Soconusco, en la Frontera, en el Norte y en el Sur de Chiapas. Los animo a que multipliquen por todas partes reuniones impulsoras de la candidatura ciudadana que hoy les anuncié. Es imprescindible el trabajo entusiasta en todos los municipios, forjemos el triunfo en cada localidad. Convenzamos cara a cara a nuestros conciudadanos de la enorme fuerza que tiene una convicción organizada. Me queda claro que esta tarea sólo es posible con el consenso y participación decidida de todos ustedes. Muchas gracias, y abramos de par en par las puertas a la esperanza.