El pueblo de Chiapas ha recuperado el derecho a la Esperanza.

2/12/2015 08:25:00 a. m. 0 Comments

Mayo 27 del 2000

Saludo a los hombres y mujeres de distintos rincones del estado que han llegado hasta este lugar para dar testimonio de la etapa final de un gran trabajo hacia la recuperación de la soberanía de Chiapas. Nadie ha forzado a ninguno de los miles de asistentes que aquí nos concentramos. Nadie les ha ofrecido programas sociales o despensas. Nadie los amenazó con un formato de compromiso, control político e intimidación psicológica como lo hace el partido del gobierno. Nadie les dio instrucciones en sus centros de trabajo para que acudieran a esta concentración. Nadie ha lucrado con la necesidad de ustedes y mucho menos les ha faltado a su dignidad. Nadie lo ha hecho ni lo hará de nuestra parte. No se ha hecho durante los meses anteriores de campaña, ni se hace ahora, ni mucho menos a partir del 8 de diciembre cuando tomemos posesión del gobierno.

Aquí, vivimos un ambiente festivo, representantivo del ánimo que viven cientos de miles de chiapanecos y chiapanecas en todo el estado. Hace quince meses, comprometimos nuestro esfuerzo para recuperar el derecho a la esperanza. El pueblo chiapaneco lo ha recuperado. Aquí lo vemos. Y más aún: se ha tornado en certidumbre. Hoy, todos tenemos la certeza que el 20 de agosto, la soberanía de Chiapas, será firme para elegir un gobierno diferente. Así se ha decidido mayoritariamente y ya se escucha en los caminos rurales, en las calles de las ciudades, en los comercios, en las hogares, en el transporte público. Vamos a ser gobierno: lo sabemos todos y el sistema también lo sabe. Por ello articula intrigas para querer dividir a las fuerzas coaligadas o desestabilizar a sus bases; inventa argucias legaloides para desconcentrar a los partidos de sus tareas políticas y electorales; crea candidaturas a su medida y desplaza a cuadros del labastidismo  y cómplices de la contrainsurgencia para presentarlos como supuestas opciones de izquierda; manipula a medios de comunicación para presentar una realidad que desearían pero que no es la vivida por un pueblo en insurgencia cívica que es el alma de esta nueva fuerza política llamada Alianza por Chiapas.

Durante más de un año, hemos enfrentado los embates oficiales. Muchos recursos se han utilizado para ilusamente intentar detener esa avalancha que ha crecido cada día. Pero todo ha fracasado y fracasará porque lo que no se entiende desde la mentalidad priísta es que este movimiento social está transformando la cultura política en la entidad. Precisamente, el estado que por conveniencia de la federación se ha mantenido en el más inhumano subdesarrollo, se ha levantado para poner orden en la casa, para sacudirse la simulación y el pillaje de los gobiernos, para erradicar los interinatos, para eliminar los odios propiciados por el mismo gobierno, para buscar en verdad la paz y la reconciliación y que estas palabras dejen de ser bandera de los empleados de la federación enviados a Chiapas como gobernadores.

Nuestra fuerza seguirá creciendo porque la Alianza por Chiapas es una coalición exitosa. El pueblo de Chiapas la vio nacer y, sin la menor duda, se decidió a participar en su crecimiento. Vimos cómo el Partido de la Revolución Democrática, el Partido Acción Nacional, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México, por cuenta propia, impulsaron un gran acuerdo para construir un proyecto unitario, incluyente y democrático que establezca las bases para sacar a Chiapas de la tragedia política, social y económica en que se encuentra. La Alianza se fortaleció con la activa participación de muchas organizaciones sociales. Se nutrió decididamente con la incorporación de partidos políticos emergentes que percibieron la determinación del pueblo chiapaneco de lograr la hazaña de ser gobierno en este año 2000.

Convergencia por la Democracia, el Partido del Centro Democrático, el Partido de la Sociedad Nacionalista y el Partido Alianza Social se negaron a formar parte de los obstáculos a los anhelos libertarios de los chiapanecos y con mucha responsabilidad pero mayor generosidad han optado por no registrar candidato a gobernador porque la ley electoral estatal les prohibe hacer uso de su legítimo derecho de participar en una coalición. Pero estos cuatro partidos políticos, aunque legalmente no se hayan incorporado a nuestra coalición, van con todo con nosotros y están aquí para ratificarlo. El impulso de la Alianza por Chiapas también ha provenido de la legítima inconformidad surgida de las filas del Partido Revolucionario Institucional, en donde se han dado significativos desprendimientos de hombres y mujeres dignos que, ahora, sin militancia política han comprometido su lealtad con Chiapas y hacen las labores indispensables para asegurar el triunfo que ya es nuestro. Pero el caudal de la Alianza por Chiapas ha terminado de desbordarse con innumerables ciudadanos sin partido que acuden individual o colectivamente a nuestras casas de campaña. Este torrente de votos de un pueblo movilizado será superior a los recursos desesperados del gobierno para conseguir los votos que la ciudadanía ya ha negado al candidato del PRI. En suma, la Alianza por Chiapas es exitosa porque vamos a la vanguardia de las ideas y la iniciativa política en la entidad, pero también porque, con este acto, emprendemos el cierre de nuestra campaña de meses, mientras otros candidatos la iniciarán o la acaban de iniciar.

Hemos pedido a la opinión pública nacional que esté atenta a las condiciones en que se desarrolla el proceso electoral en Chiapas. Le solicitamos a los candidatos presidenciales de los partidos que integran esta alianza que no nos dejen solos en esta batalla decisiva para el presente y el futuro de Chiapas. Muchas trampas están por verse. Muchas acciones están por conocerse. Dentro de ellas, hay un monstruoso operativo que acaba de instrumentarse con el PROGRESA en busca de utilizar la pobreza de la gente para darle votos al PRI. Desde aquí hacemos la denuncia a tiempo para que la prensa nacional la retome.

No nos confiemos. Cada ciudadano debe convertirse en celoso guardián de su voto y debe comenzar desde ahora. Vamos a organizarnos. Vamos a cazar mapaches. Vamos a impedir que esos quienes primero hacen pobre a la gente, enseguida manipulen su hambre y miseria. No vamos a permitir ningún atropello a la voluntad ciudadana. Desde aquí, junto con ustedes, la Alianza por Chiapas se compromete a ganar el gobierno del estado para que podamos invertir la energía de los chiapanecos en el futuro.

Si de veras queremos el cambio, no hay  más  opción que la Alianza por Chiapas. Nuestro triunfo es la única alternativa para evitar las consecuencias funestas de la ingobernabilidad, el deterioro de las relaciones políticas y sociales, la falta de desarrollo, y en general, la angustia cotidiana de miles de familias chiapanecas. Esto lo tienen claro los chiapanecos y por eso van con la Alianza con Chiapas.

Pero, hoy nos reúne un festejo: la Alianza por Chiapas es una realidad y registra su candidatura. Proceden, de aquí en adelante, irreversiblemente, las buenas noticias para nuestro estado. Alcanzaremos, por fin, la estabilidad política necesaria. Después de años de interinatos, el gobierno de la Alianza por Chiapas garantizará un período de seis años y una actitud incluyente. No son promesas, la capacidad de inclusión la demostramos, desde ahora, al reunir la base social de ocho partidos políticos junto con otros segmentos de la sociedad no organizada. Ejerceremos una visión de futuro para darle sentido, integración, al  trabajo de todas las áreas de gobierno y a todas las decisiones que nos corresponda asumir. Nuestro gobierno se sustentará en el diálogo, la interlocución, la sensibilidad política para no enfrentar a los movimientos sociales que presentan demandas justas y legítimas sino encauzarlos hacia las áreas de responsabilidad en donde se hayan generado los problemas. En el próximo gobierno no se engañará, ni se encarcelará, ni se reprimirá a los que reclamen precios justos para sus productos, tarifas justas para su consumo o salarios justos para su sustento; esto es, partiremos de la reconciliación y la paz. Por ello, no nos quedaremos en la capital del estado para atender verticalmente la problemática de Chiapas: el nuestro será un gobierno itinerante que estará donde lo requieran las necesidades de los hombres y mujeres del estado. Lo hemos hecho en la campaña;  en el gobierno continuaremos con nuestras visitas a los sitios más recónditos a donde no ha llegado ni llegará ningún otro candidato para dar atención prioritaria a la educación  y la salud, para emprender un proyecto de reactivación económica para el campo, para impulsar la generación de empleos, para observar la aplicación de recursos para proteger el medio ambiente, para constatar el mejoramiento de la justicia, para testimoniar un programa caminero sin precedentes que satisfaga la demanda de cientos de poblaciones  de Chiapas.

Seremos gobierno para trabajar. El 20 de agosto el pueblo de Chiapas dará por concluidas las administraciones que sólo han buscado su propio beneficio, que han sido los responsables del desastre actual, que han demostrado su incapacidad para conducir a la entidad a un futuro diferente.

Vamos a la recta final de nuestra exitosa campaña. En los próximos días habrá de intensificarse la claridad de los proyectos que se disputan en Chiapas. Sólo hay dos: el de la continuidad, el que representa el candidato de “primero la miseria de la gente” y el del cambio democrático que encabeza la Alianza por Chiapas. El debate del destino de Chiapas será entre esos dos caminos, no hay vía intermedia. Reitero mi convocatoria al candidato del PRI para agendar inmediatamente  un debate público que ya es una característica de las contiendas electorales contemporáneas y un reclamo de la sociedad.

Les agradezco su presencia en este  acto de vital importancia en los acontecimientos  electorales que vivimos. Vamos a organizarnos para asumir el primer gobierno democrático del nuevo milenio por mandato de los chiapanecos.

Amigas y Amigos:
Estos son días en los que la lucha organizada está arrancándole certidumbre a la incertidumbre y esperanza a la desesperanza. Con la fuerza de nuestras  convicciones y de nuestras acciones, hemos logrado cuartear una muralla que parecía impenetrable; 70 años después con el empuje de nuestros votos el 20 de agosto haremos saltar en pedazos los muros de un poder que jamás sirvió a la gente.

De ciudadano en ciudadano, la esperanza se multiplica, la Alianza por Chiapas ha hecho suyo un clamor de justicia que crece, que se amplía y que está llegando a todos los rincones de la geografía y la voluntad chiapaneca, por eso aseguramos que el dinero y los recursos del gobierno a disposición del candidato del PRI, no serán suficientes para contenernos, ellos tienen el dinero pero con la Alianza por Chiapas está el pueblo. Ellos hablan de la gente pero la gente habla de nosotros. Saben bien que a pesar de la falta de equidad en los medios, de sus descalificaciones y campañas para desprestigiarnos, cuesta arriba y contra corriente, seguiremos avanzando. No podrán, pese a todo lo que intenten y hagan detrás de los ciudadanos, detener una decisión que ya está en marcha: devolver el gobierno a quien le pertenece: al pueblo. Esa es la razón de ser de la Alianza por Chiapas, se equivocan los que han querido reducirnos de manera simplista a una suma de siglas cuando saben que aquí hay una suma de siglos de abandono, de olvido, de marginación y de pobreza a la que ya hemos decidido poner un hasta aquí. Desconocen los de enfrente, porque no lo entienden, que la armonía conjuga lo distinto pero no anula la identidad, ignoran que la actuación de los diferentes a  favor de un bien mayor en realidad lo que hace es reafirmar sus identidades. Permeados de egoísmo no conciben una práctica política sensible y generosa. Aunque no los justificamos, los entendemos, son 70 años de corromper los valores de la política, 70 años de codicia aplastante basada en el principio que respiran y transpiran, el único que realmente han practicado: primero el poder.

El 20 de agosto los chiapanecos vamos a ratificar que estamos cansados de vivir a las orillas del progreso, es tiempo de admitir nuestra realidad disfrazada por los discursos del gobierno, a los chiapanecos se nos oculta que somos el “sótano del incipiente progreso nacional, y los inversionistas encuentran cada vez más complicado realizar aquí sus proyectos de inversión”.

Nos han engañado pero ya no nos van a engañar más, el gobierno y su partido pasan por su peor crisis de credibilidad, el lema y los discursos de su candidato al gobierno, son más saliva que aliento. Ya nadie les cree. Nuestra dolorosa realidad desenmascara  a quienes pretenden vendernos el Chiapas de su demagogia.

Esto no es lo que escogimos, no nacimos para ser pobres, el subdesarrollo no es, no tiene que ser nuestro destino. La resignación no será  el pan nuestro de cada día. Este 20 de agosto vamos a abrir con nuestros votos las puertas de la esperanza y haremos pasar por ellas nuevas realidades. Ni un paso atrás. Vamos a intensificar la lucha y a multiplicar nuestra organización. Por Chiapas, por nuestros hijos ¡vamos a ganar!

Muchas gracias.