Palabra de mujer, palabra de esperanza.

2/12/2015 06:44:00 a. m. 0 Comments

Tapachula, Chiapas;25 de Septiembre de 1999. Mensaje pronunciado por el SenadorPablo Salazar Mendiguchía durante la Inauguraciónde la Convención Regional de Mujeres del Soconusco:La Otra Mitad de la Esperanza. Queridas amigas de estas tierras,Desde la Perla del Soconusco, las saludo,Bienvenidas a esta Convención Regional de la Otra Mitad de la Esperanza,Bienvenidas mujeres de Huixtla,Bienvenidas mujeres de Suchiate,Bienvenidas mujeres de Villa Comaltitlán,Mujeres de Acacoyagua,Mujeres de Acapetahua,Mujeres de Escuintla,De Mazatán, de Mapastepec, A mis amigas de las frías tierras de Siltepec y Progreso, un saludo especial. A las mujeres de Tapachula, anfitrionas este día, gracias por su hospitalidad:Quiero agradecer especialmente a un grupo de mujeres de esta ciudad de Tapachula, cuyo esfuerzo ha hecho posible la realización de este gran evento, ellas han estado presentes desde la planeación de la comida, hasta la definición de los temas y el método de trabajo, gracias por ese gran esfuerzo. También agradezco a nuestra amiga Patricia Mercado, quien por segunda vez nos acompaña en estos encuentros con las mujeres chiapanecas, gracias Paty. A lo largo de estos días de intenso contacto con los hombres y mujeres de Chiapas, de diálogo e intercambio de ideas, de acercamiento a sus necesidades y carencias más sentidas, he encontrado siempre los rostros, siempre las manos cálidas de las mujeres, siempre la palabra de mujer, palabra de compromiso, de fuerza y de lucha. Esos encuentros, esas manos y esas palabras han renovado la esperanza de este movimiento, me han confirmado que este es el camino, que no nos hemos equivocado. Que estamos equivocados dicen algunos, cuando su boca habla de democracia y reconciliación, de estado de derecho, y sus manos están empeñadas en cerrar las puertas del diálogo y en destruir los puentes de la paz; a mis amigos, a mis amigas, a mis colaboradores, a los que están comprometidos con el cambio democrático en Chiapas, los amenazan, intentan intimidarlos, creen que así podrán detenernos, no se dan cuenta que este cambio, que este movimiento es irreversible, ya no podemos ver para atrás, que seguiremos adelante derribando los muros de la intolerancia, del autoritarismo y de la ceguera. Ciegos son quienes se niegan al cambio, quienes por conservar el poder son capaces de negar a los ciudadanos el ejercicio del derecho elemental de la libre decisión, quienes no quieren ver (esos son los peores ciegos) que el cambio es inevitable, que ya está en el mañana de Chiapas. Chiapas estará llegando al amanecer del nuevo milenio con un gobierno surgido del ejercicio democrático de los chiapanecos. Hoy, ante las mujeres, la otra mitad de la esperanza, con la fortaleza que me da estar entre ustedes, quiero denunciar públicamente los últimos hechos de ignominia y agresión de los que el movimiento de la esperanza ha sido objeto, no les bastó orquestar una campaña de linchamiento en mi contra tratando de involucrarme en el caso Chimalapas, no lograron nada, porque no hay nada de que acusarme, hoy vuelvo a repetir, no tengo nada de que avergonzarme, tengo las manos limpias; mis hijas y mi hijo pueden asegurar sin ningún temor, de frente a la sociedad, que su padre es un hombre honesto. Esta vez han tratado de golpear al movimiento de la esperanza, en la figura de mi amigo Mauricio Gándara, coordinador del movimiento en esta región del Soconusco, han orquestado en su contra acciones que pretenden privarlo de su libertad, que no tienen fundamento y que son claramente acciones de un sucio juego político. La familia de Mauricio, agraviada y lastimada, ha vivido días de angustia y preocupación, para ellos toda mi solidaridad y mi afecto; para ellos pido la solidaridad de todas ustedes, se que todas entenderán el impacto de lo que significa el riesgo del compañero. A los enemigos de la democracia les digo, ¡no van a detenernos! ¡el avance democrático va! Estamos preparados para lo que venga; cada vez son más las mujeres, los hombres, los ciudadanos todos, en todos los rincones de Chiapas que se suman a este gran movimiento, su participación y la denuncia pública habrán de detener esta ola de agresión, estos vientos de amenaza, ¡no vamos a quedarnos callados! ¡no vamos a quedarnos inmóviles! Desde aquí, nuevamente responsabilizo al gobierno del estado de cualquier suceso de agresión, amenaza o intimidación de que mi familia, mi persona, o mis amigos y colaboradores puedan ser víctimas, tenemos la razón y por ello tenemos la fuerza suficiente para enfrentar la ofensiva del aparato de Estado, al partido del gobierno, al corporativismo y sus múltiples recursos, nuestros recursos son más valiosos: la razón, la justicia, la esperanza. Tenemos instrumentos igualmente valiosos: la denuncia, la movilización y la solidaridad del pueblo de Chiapas, de hombres y mujeres como ustedes. Los chiapanecos somos ciudadanos forjados en la lucha diaria por el sustento, en la lucha por remontar la pobreza y la injusticia, ello nos ha fortalecido y ello habrá de fortalecernos hoy para construir la esperanza de un mejor futuro y de hacer realidad nuestro sueño de un Chiapas digno para nuestros hijos. Para hacer realidad este sueño compartido, de grandes y pequeñas transformaciones, habremos de caminar juntos, cortos y largos caminos, algunos de estos caminos habrán de hacernos llegar a la meta, otros servirán para abrir nuevos senderos que habrán de caminar los que vienen detrás de nosotros, los más jóvenes y aún los que no nacen todavía. Esta es la imagen del gobierno democrático que habremos de conducir los ciudadanos, los partidos, la sociedad en su conjunto, a partir del año 2000 en este Estado. El que yo encabezaré será un gobierno de abono, de apertura, de sentar cimientos, de apuntalar esas relaciones hasta hoy fracturadas, de encuentro entre los diferentes, de puente entre los contrarios, que sirva para restablecer la confianza y la esperanza a partir de la construcción de realidades, de acciones positivas. Hoy se cumplen 223 días de intenso trabajo de construcción de lo que hemos llamado el movimiento de la esperanza, durante este tiempo he podido constatar la dolorosa realidad de nuestros pueblos, las lacerantes carencias a las que las familias chiapanecas se enfrentan cotidianamente, en que los niños y las niñas van perdiendo de generación en generación sus oportunidades de crecimiento y desarrollo; he visto y así me lo han hecho saber los jóvenes, la gran ausencia de espacios para que su integración a la vida adulta sea plena, ausencia de espacios en las políticas de gobierno, en las instituciones, en las leyes; así con estas carencias y con otras agregadas por su condición física y por su edad, he encontrado el abandono de los adultos mayores y de las personas con discapacidad; mi encuentro con los pueblos indios, no es reciente, mi compromiso con ellos ha permanecido a lo largo de mi vida, por ello, no puedo negar que su realidad de pobreza, marginación y exclusión, es uno de los rostros más vergonzantes de Chiapas. El rostro de la mitad de la población de Chiapas, de las mujeres, no es más halagador, hoy no haré un recuento de cifras que documentan la situación de las mujeres en nuestra Entidad, pues son de todas conocidas, la realidad de exclusión, inequidad, ausencia de instrumentos jurídicos para hacer valer la protección a la mujer y la igualdad expresada en nuestras leyes; los difíciles accesos de las mujeres al empleo; a la educación al sistema escolarizado desde niñas; a la salud como un derecho inalienable, entre otros aspectos que continúan perpetuando la cultura sexista. Esto sin mencionar la dificultad que significa para las mujeres competir desde un plano equitativo en los espacios políticos y la función pública, comparto con muchas de ustedes la necesidad urgente de eso que llaman el "empoderamiento de las mujeres", es decir, que seamos capaces de generar una nueva cultura ciudadana en la que las mujeres accedan al poder y a la toma de decisiones. Una nueva cultura en donde –retomando a Marta Lamas- ser diferentes no signifique desigualdad. La pluralidad, la tolerancia y el respeto a lo diverso, son los principios de esa nueva cultura ciudadana. Actualmente, en el plano nacional, hay cada vez más rostros de mujeres en la escena pública, Amalia García, Patricia Mercado, las legisladoras, son ejemplo de ello, en Chiapas tenemos a nuestras legisladoras y excepcionales ciudadanas, pero es necesario ir promoviendo y fortaleciendo un nuevo posicionamiento de las mujeres, hacer de la equidad cada vez menos un discurso y cada vez más una realidad. Este espacio de la Convención Regional de Mujeres del Soconusco, es un pretexto y una posibilidad, para la construcción de consensos, para la elaboración reflexiva y crítica, para abordar temas de interés regional y para generar ideas, planes y proyectos de futuro. Para que sea la palabra el instrumento unificador de las diferencias. Algunos de los precandidatos a la gubernatura de Chiapas, del partido oficial, y otros que se han presentado confrontando el proyecto de unidad con sus propios intereses personales, me han criticado por no presentar según ellos, propuestas a la sociedad. Tal vez tengan razón, no he presentado ni voy a hacerlo, propuestas elaboradas desde los agotadores esfuerzos de uno o dos individuos, de los iluminados escritorios de los empleados de las oficinas de gobierno. Mis propuestas tienen un sentido diferente, de convocatoria a la ciudadanía, a los investigadores, a los profesionistas especializados, a las organizaciones sociales, a los artistas, a los organismos no gubernamentales, a los partidos políticos, a las amas de casa, a los estudiantes, a los jubilados, a los ciudadanos todos, para que a partir de su realidad y la reflexión seria y propositiva, sean ellos quienes dicten las líneas de políticas públicas que habrán de conformar el Plan de Gobierno del Gobierno de la Esperanza. Quienes establezcan las bases para una nueva relación entre sociedad y gobierno, con tareas compartidas, en donde la acción del gobierno sea la respuesta y el cumplimiento de los derechos ciudadanos y no un mecanismo de cooptación y clientelismo, como los son actualmente el PROCAMPO y el PROGRESA. Esta convención regional de mujeres, tiene justamente este sentido del que hablo, responde a la necesidad de las mujeres de reunirse para el diálogo y la reflexión, para la propuesta, no es un evento armado como escenografía para validar y dar falsa legitimidad a líneas ya determinadas anticipadamente, así trabaja el actual gobierno; este es un evento de trabajo efectivo, del cual habrán de emanar propuestas consensadas acordes a las realidades de las mujeres de esta región, mi gobierno, el gobierno de la sociedad, habrá de respetar estas propuestas y dar cabal cumplimiento a los acuerdos que de ellas emanen. En otros encuentros que he tenido con la otra mitad de la esperanza: en la celebración del día internacional de la mujer, festejando su día con las educadoras y posteriormente en la Primera Convención Estatal de Mujeres, en San Cristóbal de las Casas, me comprometí con ustedes a gobernar con mujeres y para las mujeres, hoy reafirmo este compromiso. Otros de mis compromisos con ustedes, tratan de ofrecer respuestas a demandas puntuales y sentidas de las mujeres que se han acercado a este proyecto, y tienen que ver con el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos, la protección jurídica y las acciones para la erradicación de la violencia contra la mujer, con estimular la participación de niñas y mujeres a la educación en todos los niveles, la ampliación de la cobertura y el mejoramiento de la infraestructura educativa, con el mejoramiento de las condiciones de vida de las mujeres y sus familias en el campo y las zonas indígenas y que están incluidas en las propuestas que a continuación ofrezco para la reflexión: El nuevo gobierno democrático habrá de respetar e incorporar como ejes transversales, es decir presentes en todas las políticas públicas, la diversidad de género, de edad, étnica, y regional. La participación ciudadana, será en mi gobierno pilar fundamental, para ello promoveré la creación de instancias autónomas para el seguimiento y la evaluación de los compromisos y las tareas de gobierno. Será un ombusman integrado por hombres y mujeres representativos de esta diversidad y con reconocida probidad moral e intelectual que permitan dar transparencia al ejercicio gubernamental. Habremos de impulsar ante el poder legislativo, una amplia revisión de la legislación vigente en Chiapas, para proponer las reformas necesarias que reconozcan e incorporen derechos de todos los grupos sociales: pueblos indios, niños y niñas, mujeres, jóvenes, adultos mayores y personas con discapacidad. Regionalmente, habrá que definir las prioridades y los programas, porque Chiapas no es un estado homogéneo, su riqueza es lo diverso. Estos son algunos de los principios básicos sobré los cuales descansarán los planes regionales, que habrán de irse enriqueciendo a través de la consulta ciudadana, a través del contacto directo con las y los chiapanecos. Recogeré su palabra y ofreceré la mía, el diálogo siempre estará presente. Hoy escucharé la palabra de las mujeres, recibiré sus propuestas y refrendaré mi compromiso con esta otra mitad de la esperanza.