Palabra de mujer, palabra de esperanza.
Tapachula, Chiapas;25 de Septiembre de 1999. Mensaje pronunciado por el SenadorPablo Salazar Mendiguchía durante la
Inauguraciónde la Convención Regional de Mujeres
del Soconusco:La Otra Mitad de la Esperanza. Queridas amigas de estas tierras,Desde la Perla del Soconusco, las
saludo,Bienvenidas a esta Convención
Regional de la Otra Mitad de la Esperanza,Bienvenidas mujeres de Huixtla,Bienvenidas mujeres de Suchiate,Bienvenidas mujeres de Villa
Comaltitlán,Mujeres de Acacoyagua,Mujeres de Acapetahua,Mujeres de Escuintla,De Mazatán, de Mapastepec, A mis amigas de las frías tierras de
Siltepec y Progreso, un saludo especial. A las mujeres de Tapachula,
anfitrionas este día, gracias por su hospitalidad:Quiero agradecer especialmente a un
grupo de mujeres de esta ciudad de Tapachula, cuyo esfuerzo ha hecho posible la
realización de este gran evento, ellas han estado presentes desde la planeación
de la comida, hasta la definición de los temas y el método de trabajo, gracias
por ese gran esfuerzo. También agradezco a nuestra amiga Patricia Mercado,
quien por segunda vez nos acompaña en estos encuentros con las mujeres
chiapanecas, gracias Paty. A lo largo de estos días de intenso
contacto con los hombres y mujeres de Chiapas, de diálogo e intercambio de
ideas, de acercamiento a sus necesidades y carencias más sentidas, he
encontrado siempre los rostros, siempre las manos cálidas de las mujeres,
siempre la palabra de mujer, palabra de compromiso, de fuerza y de lucha. Esos
encuentros, esas manos y esas palabras han renovado la esperanza de este
movimiento, me han confirmado que este es el camino, que no nos hemos
equivocado. Que estamos equivocados dicen
algunos, cuando su boca habla de democracia y reconciliación, de estado de
derecho, y sus manos están empeñadas en cerrar las puertas del diálogo y en
destruir los puentes de la paz; a mis amigos, a mis amigas, a mis
colaboradores, a los que están comprometidos con el cambio democrático en
Chiapas, los amenazan, intentan intimidarlos, creen que así podrán detenernos,
no se dan cuenta que este cambio, que este movimiento es irreversible, ya no
podemos ver para atrás, que seguiremos adelante derribando los muros de la
intolerancia, del autoritarismo y de la ceguera. Ciegos son quienes se niegan al
cambio, quienes por conservar el poder son capaces de negar a los ciudadanos el
ejercicio del derecho elemental de la libre decisión, quienes no quieren ver
(esos son los peores ciegos) que el cambio es inevitable, que ya está en el
mañana de Chiapas. Chiapas estará llegando al amanecer
del nuevo milenio con un gobierno surgido del ejercicio democrático de los
chiapanecos. Hoy, ante las mujeres, la otra mitad
de la esperanza, con la fortaleza que me da estar entre ustedes, quiero
denunciar públicamente los últimos hechos de ignominia y agresión de los que el
movimiento de la esperanza ha sido objeto, no les bastó orquestar una campaña
de linchamiento en mi contra tratando de involucrarme en el caso Chimalapas, no
lograron nada, porque no hay nada de que acusarme, hoy vuelvo a repetir, no
tengo nada de que avergonzarme, tengo las manos limpias; mis hijas y mi hijo
pueden asegurar sin ningún temor, de frente a la sociedad, que su padre es un
hombre honesto. Esta vez han tratado de golpear al
movimiento de la esperanza, en la figura de mi amigo Mauricio Gándara,
coordinador del movimiento en esta región del Soconusco, han orquestado en su
contra acciones que pretenden privarlo de su libertad, que no tienen fundamento
y que son claramente acciones de un sucio juego político. La familia de Mauricio, agraviada y
lastimada, ha vivido días de angustia y preocupación, para ellos toda mi
solidaridad y mi afecto; para ellos pido la solidaridad de todas ustedes, se
que todas entenderán el impacto de lo que significa el riesgo del compañero. A los enemigos de la democracia les
digo, ¡no van a detenernos! ¡el avance democrático va! Estamos preparados para
lo que venga; cada vez son más las mujeres, los hombres, los ciudadanos todos,
en todos los rincones de Chiapas que se suman a este gran movimiento, su
participación y la denuncia pública habrán de detener esta ola de agresión,
estos vientos de amenaza, ¡no vamos a quedarnos callados! ¡no vamos a quedarnos
inmóviles! Desde aquí, nuevamente
responsabilizo al gobierno del estado de cualquier suceso de agresión, amenaza
o intimidación de que mi familia, mi persona, o mis amigos y colaboradores
puedan ser víctimas, tenemos la razón y por ello tenemos la fuerza suficiente
para enfrentar la ofensiva del aparato de Estado, al partido del gobierno, al
corporativismo y sus múltiples recursos, nuestros recursos son más valiosos: la
razón, la justicia, la esperanza. Tenemos instrumentos igualmente valiosos: la
denuncia, la movilización y la solidaridad del pueblo de Chiapas, de hombres y
mujeres como ustedes. Los chiapanecos somos ciudadanos
forjados en la lucha diaria por el sustento, en la lucha por remontar la
pobreza y la injusticia, ello nos ha fortalecido y ello habrá de fortalecernos
hoy para construir la esperanza de un mejor futuro y de hacer realidad nuestro
sueño de un Chiapas digno para nuestros hijos. Para hacer realidad este sueño
compartido, de grandes y pequeñas transformaciones, habremos de caminar juntos,
cortos y largos caminos, algunos de estos caminos habrán de hacernos llegar a
la meta, otros servirán para abrir nuevos senderos que habrán de caminar los
que vienen detrás de nosotros, los más jóvenes y aún los que no nacen todavía.
Esta es la imagen del gobierno democrático que habremos de conducir los
ciudadanos, los partidos, la sociedad en su conjunto, a partir del año 2000 en
este Estado. El que yo encabezaré será un
gobierno de abono, de apertura, de sentar cimientos, de apuntalar esas
relaciones hasta hoy fracturadas, de encuentro entre los diferentes, de puente
entre los contrarios, que sirva para restablecer la confianza y la esperanza a
partir de la construcción de realidades, de acciones positivas. Hoy se cumplen 223 días de intenso
trabajo de construcción de lo que hemos llamado el movimiento de la esperanza, durante
este tiempo he podido constatar la dolorosa realidad de nuestros pueblos, las
lacerantes carencias a las que las familias chiapanecas se enfrentan
cotidianamente, en que los niños y las niñas van perdiendo de generación en
generación sus oportunidades de crecimiento y desarrollo; he visto y así me lo
han hecho saber los jóvenes, la gran ausencia de espacios para que su
integración a la vida adulta sea plena, ausencia de espacios en las políticas
de gobierno, en las instituciones, en las leyes; así con estas carencias y con
otras agregadas por su condición física y por su edad, he encontrado el
abandono de los adultos mayores y de las personas con discapacidad; mi
encuentro con los pueblos indios, no es reciente, mi compromiso con ellos ha
permanecido a lo largo de mi vida, por ello, no puedo negar que su realidad de
pobreza, marginación y exclusión, es uno de los rostros más vergonzantes de
Chiapas. El rostro de la mitad de la
población de Chiapas, de las mujeres, no es más halagador, hoy no haré un recuento
de cifras que documentan la situación de las mujeres en nuestra Entidad, pues
son de todas conocidas, la realidad de exclusión, inequidad, ausencia de
instrumentos jurídicos para hacer valer la protección a la mujer y la igualdad
expresada en nuestras leyes; los difíciles accesos de las mujeres al empleo; a
la educación al sistema escolarizado desde niñas; a la salud como un derecho
inalienable, entre otros aspectos que continúan perpetuando la cultura sexista. Esto sin mencionar la dificultad que
significa para las mujeres competir desde un plano equitativo en los espacios
políticos y la función pública, comparto con muchas de ustedes la necesidad
urgente de eso que llaman el "empoderamiento de las mujeres", es
decir, que seamos capaces de generar una nueva cultura ciudadana en la que las
mujeres accedan al poder y a la toma de decisiones. Una nueva cultura en donde
–retomando a Marta Lamas- ser diferentes no signifique desigualdad. La
pluralidad, la tolerancia y el respeto a lo diverso, son los principios de esa
nueva cultura ciudadana. Actualmente, en el plano nacional,
hay cada vez más rostros de mujeres en la escena pública, Amalia García,
Patricia Mercado, las legisladoras, son ejemplo de ello, en Chiapas tenemos a
nuestras legisladoras y excepcionales ciudadanas, pero es necesario ir
promoviendo y fortaleciendo un nuevo posicionamiento de las mujeres, hacer de
la equidad cada vez menos un discurso y cada vez más una realidad. Este espacio de la Convención
Regional de Mujeres del Soconusco, es un pretexto y una posibilidad, para la
construcción de consensos, para la elaboración reflexiva y crítica, para
abordar temas de interés regional y para generar ideas, planes y proyectos de
futuro. Para que sea la palabra el instrumento unificador de las diferencias. Algunos de los precandidatos a la
gubernatura de Chiapas, del partido oficial, y otros que se han presentado
confrontando el proyecto de unidad con sus propios intereses personales, me han
criticado por no presentar según ellos, propuestas a la sociedad. Tal vez
tengan razón, no he presentado ni voy a hacerlo, propuestas elaboradas desde
los agotadores esfuerzos de uno o dos individuos, de los iluminados escritorios
de los empleados de las oficinas de gobierno. Mis propuestas tienen un sentido
diferente, de convocatoria a la ciudadanía, a los investigadores, a los
profesionistas especializados, a las organizaciones sociales, a los artistas, a
los organismos no gubernamentales, a los partidos políticos, a las amas de
casa, a los estudiantes, a los jubilados, a los ciudadanos todos, para que a
partir de su realidad y la reflexión seria y propositiva, sean ellos quienes
dicten las líneas de políticas públicas que habrán de conformar el Plan de
Gobierno del Gobierno de la Esperanza. Quienes establezcan las bases para una
nueva relación entre sociedad y gobierno, con tareas compartidas, en donde la
acción del gobierno sea la respuesta y el cumplimiento de los derechos
ciudadanos y no un mecanismo de cooptación y clientelismo, como los son actualmente
el PROCAMPO y el PROGRESA. Esta convención regional de mujeres,
tiene justamente este sentido del que hablo, responde a la necesidad de las
mujeres de reunirse para el diálogo y la reflexión, para la propuesta, no es un
evento armado como escenografía para validar y dar falsa legitimidad a líneas
ya determinadas anticipadamente, así trabaja el actual gobierno; este es un
evento de trabajo efectivo, del cual habrán de emanar propuestas consensadas
acordes a las realidades de las mujeres de esta región, mi gobierno, el
gobierno de la sociedad, habrá de respetar estas propuestas y dar cabal
cumplimiento a los acuerdos que de ellas emanen. En otros encuentros que he tenido
con la otra mitad de la esperanza: en la celebración del día internacional de
la mujer, festejando su día con las educadoras y posteriormente en la Primera
Convención Estatal de Mujeres, en San Cristóbal de las Casas, me comprometí con
ustedes a gobernar con mujeres y para las mujeres, hoy reafirmo este
compromiso. Otros de mis compromisos con
ustedes, tratan de ofrecer respuestas a demandas puntuales y sentidas de las
mujeres que se han acercado a este proyecto, y tienen que ver con el
reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos, la protección jurídica
y las acciones para la erradicación de la violencia contra la mujer, con
estimular la participación de niñas y mujeres a la educación en todos los
niveles, la ampliación de la cobertura y el mejoramiento de la infraestructura
educativa, con el mejoramiento de las condiciones de vida de las mujeres y sus
familias en el campo y las zonas indígenas y que están incluidas en las
propuestas que a continuación ofrezco para la reflexión: El nuevo gobierno democrático habrá
de respetar e incorporar como ejes transversales, es decir presentes en todas
las políticas públicas, la diversidad de género, de edad, étnica, y regional. La participación ciudadana, será en
mi gobierno pilar fundamental, para ello promoveré la creación de instancias
autónomas para el seguimiento y la evaluación de los compromisos y las tareas
de gobierno. Será un ombusman integrado por hombres y mujeres representativos
de esta diversidad y con reconocida probidad moral e intelectual que permitan
dar transparencia al ejercicio gubernamental. Habremos de impulsar ante el poder
legislativo, una amplia revisión de la legislación vigente en Chiapas, para
proponer las reformas necesarias que reconozcan e incorporen derechos de todos
los grupos sociales: pueblos indios, niños y niñas, mujeres, jóvenes, adultos
mayores y personas con discapacidad. Regionalmente, habrá que definir las
prioridades y los programas, porque Chiapas no es un estado homogéneo, su
riqueza es lo diverso. Estos son algunos de los principios
básicos sobré los cuales descansarán los planes regionales, que habrán de irse
enriqueciendo a través de la consulta ciudadana, a través del contacto directo
con las y los chiapanecos. Recogeré su palabra y ofreceré la
mía, el diálogo siempre estará presente. Hoy escucharé la palabra de las
mujeres, recibiré sus propuestas y refrendaré mi compromiso con esta otra mitad
de la esperanza.