Rindamos cuentas a la naturaleza.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas;
27 de enero del 2000.
Discurso pronunciado por el Senador
Pablo Salazar Mendiguchía, en la toma de protesta como candidato a gobernador
del estado por el Partido Verde Ecologista de México.
C. LIC. JORGE GONZALEZ TORRES
PRESIDENTE DE LA COMISION EJECUTIVA
NACIONAL DEL PVEM
C. DRA. MARIA DEL CARMEN OJEDA
PALACIOS
PRESIDENTA DE LA COMISION EJECUTIVA
ESTATAL DEL PVEM
DELEGADOS A LA CONVENCION ESTATAL
DEL PVEM
DIRIGENTES DE LOS PARTIDOS
POLITICOS.
SEÑORAS Y SEÑORES:
Agradezco al Partido Verde
Ecologista de México la decisión responsable que ha materializado a través de
sus delegados aquí presentes, al ratificar su convicción de ir a la Alianza
Opositora y de avalar mi candidatura al gobierno del Estado para el período
comprendido del año 2000 al 2006.
Este acuerdo de los delegados
ecologistas se suma al de otros siete partidos políticos que han determinado
formalizar el mayor consenso a favor de un proyecto de cambio que jamás se haya
logrado en la historia de Chiapas y de
México.
De este modo y de manera inesperada,
una vez más, desde el sufrido pueblo de Chiapas surgen espectaculares noticias,
pero ahora son buenas: los vientos del cambio están soplando a favor y
refrescan la nueva atmósfera aliancista que corre sobre México, y que, sin
duda, culminará con el triunfo contundente e indiscutible del primer gobierno
democrático del nuevo milenio en Chiapas.
Nuestra lucha no es nueva ni ha sido
en vano. Nos preparamos para recoger la esperada cosecha de una vieja siembra
cuya semilla, a lo largo de estos pesados años, ha sido abonada con la
sangre de campesinos, maestros, luchadores y luchadoras
sociales, dirigentes y lideres que se ofrendaron por la causa que hoy
enaltecemos por esta vía.
Esta corta etapa de la brega que me
ha tocado andar, comenzó hace ya más de trescientos días recorriendo caminos
para repensar juntos nuestros problemas, nuestros trajines y buscar creativas
fórmulas de lucha que nos permitan intentar un nuevo comienzo histórico, justo
al arranque del nuevo milenio.
A lo largo de este recorrido he
dejado mi palabra y he recogido la
esperanza de hombres y mujeres, ancianos, adultos, jóvenes y niños que piensan
como ustedes y como muchos otros, que no todo esta perdido, que si nos
proponemos transitar por este camino nuevo y decidimos hacerlo juntos, vamos a
llegar al destino que este prolongado viaje nos ha retrasado.
Estoy aquí al lado de ustedes,
desafiando al arrogante pero anquilosado aparato priísta, lo hago porque amo
profundamente a Chiapas, lo conozco, lo he caminado desde mi infancia, porque
lo siento, porque me duele, porque creo en su grandeza y quiero ser parte de
una generación que lucha por recuperarla. Estoy aquí con ustedes porque quiero
el cambio, porque creo que este Chiapas nuestro, con su tejido social y natural
tan deteriorado, no puede seguir en este camino sometido impunemente a la
explotación. No es posible permanecer impávidos ante tanta corrupción y
egoísmo.
Licenciado Jorge González Torres:
Llega usted a uno de los estados más
hermosos y ricos de nuestro México. A una entidad que con sus aguas podría
regar fácilmente más de diez veces la superficie irrigada de Sinaloa, porque su
potencial hidrológico representa el 30% del total del país.
Llega usted al estado con el más variado mosaico de microclimas, aptos
para todo tipo de agricultura; a una de las regiones con mayor potencial para
la acuicultura del mundo (200 mil hectáreas), dos veces superior a la
superficie explotada en Ecuador, principal exportador de camarón a los Estados
Unidos; a uno de los de mayor potencial agropecuario, y que sin embargo con
sólo explotar el 9% de sus posibilidades es el primer productor de café,
primero de plátano, tercero en maíz, segundo en cacao, quinto en caña de azúcar
y el tercer estado ganadero del país.
Llega usted señor Licenciado, a una
zona de enorme influencia en el sureste mexicano, puerta del mercado
centroamericano y parte de la cuenca del pacífico; a la entidad con una de las
mayores riquezas arqueológicas del continente, paisajes naturales, la segunda
selva tropical del mundo, al estado con
los mayores atractivos turísticos de México y que además, tiene
actualmente 85 pozos petroleros en explotación y que produce el mismo volumen
de energía eléctrica que Dinamarca.
Sí, sus pies están apoyados sobre la
grandeza de un territorio, el de Chiapas, lugar de contrastes y de abismos que
ofende a cualquier sensibilidad. Esa tierra pródiga que le describí hace un
momento, es al mismo tiempo el estado en el que tres de cada diez personas
ignoran lo que significa un aula y cuatro más que asistieron, no terminaron la
primaria, es decir, siete de cada diez son de hecho analfabetas funcionales.
Aquí, 32 de cada 100 personas no hablan el español; la mitad no tiene alcance a
los servicios de salud estatales y todavía existen muchos niños que se mueren
por diarreas; más de la mitad están desnutridos y en los Altos, Sierra y Selva
la relación se incrementa a ocho de cada diez; la mitad de las viviendas tienen
piso de tierra, techo de cartón o palma; el 42% de las viviendas carecen de
agua entubada y en el municipio de El Porvenir llega hasta el 73% y en las
Margaritas es peor; ocho de cada diez chiapanecos viven en condiciones de
extrema pobreza pues su ingreso apenas rebasa los $1mil 800 pesos anuales, la mitad
de lo que el Banco Mundial establece como el umbral de la pobreza; somos en
consecuencia, la entidad con mayor índice de marginación del país por encima de
Oaxaca, Guerrero e Hidalgo.
Sí señoras y señores, estoy hablando
del mismo estado que describí líneas atrás con toda su prosperidad.
Pero eso no es todo. En nombre del
progreso se han talado árboles sin misericordia ni control, se han regado
agroquímicos, se han sobreexplotado los suelos; se han inundado miles de
hectáreas de primerísima calidad con las presas hidroeléctricas y contaminado
otras tantas con la explotación de pozos petroleros.
Para Chiapas, tal vez como para
ningún otro estado, ha sido determinante el medio ambiente en la construcción
de las culturas, como dice un historiador, nuestra historia se ha protagonizado
y se ha escrito sobre un tejido eminentemente botánico-zoológico. Hombres y
animales de espíritus dobles que viven en la selva o en las montañas y desde
ahí luchan por sus ideas o supervivencia, tomando formas de insectos, pájaros o
animales de monte; o bien son seres con protección de animales míticos. Así ha
sido la historia de Chiapas, como una fauna en lucha permanente.
Lamentablemente, esta convivencia y
cercanía con la naturaleza, de poco han servido, ya que los chiapanecos no
hemos desarrollado una cultura de protección ni hemos sabido aprovechar los
dones de la naturaleza de manera racional y respetuosa. Hemos actuado sólo en
la inmediatez de nuestros problemas, por eso cada año, el gran suelo, la piel
de Chiapas, arde y se derrama en grandes e incontenibles caudales.
Históricamente Chiapas ha sido
caracterizado por su gran diversidad, tanto social y cultural, como por su
territorio y naturaleza.
Históricamente también, la
inequidad, marginación, centralismo, despojo y devastación, han sido constantes
en Chiapas, lo que ha conducido a que esta diversidad y riqueza se pierda, se
simplifique y devenga en pobreza y desigualdad.
Poseedores como somos de una parte
importante del patrimonio natural del país, tenemos que aceptar la triste
realidad de que estas riquezas se encuentran en un grave proceso de degradación
y pérdida.
A pesar de que nuestra superficie
total es de 7.4 millones de hectáreas, casi la mitad está poblada por bosques,
selvas y tierras con vocación forestal.
Chiapas presenta la tasa de
deforestación más alta del continente, mientras que la tasa anual promedio de
deforestación en México es de 2.44 por ciento, en Chiapas alcanza cifras
alarmantes: en la región circundante a Palenque la tasa llega hasta 12.4 por
ciento y la Selva Lacandona experimenta una tasa del 7.7 por ciento anual; el
42 por ciento de la superficie de esta región fue convertida a la ganadería.
Antes de la conquista la Selva Lacandona abarcaba un área de 1.6 millones de
hectáreas. De 1860 a 1960, es decir, en cien años, se deforestaron 665 mil
hectáreas y en solamente dos décadas, las de los 80 y 90 se deforestaron 585
mil hectáreas, dejando en la actualidad ya solamente 500 mil hectáreas de
selva.
Nuestros suelos pierden capacidad de
producir, se presentan inundaciones en
las partes bajas de las cuencas de los ríos, asolvamiento de los cuerpos de
agua, agotamiento y desaparición de escurrimientos superficiales, que entre
otras cosas han dado lugar a sucesos de devastación como los incendios y las
inundaciones de 1998, en los que se vieron afectados cientos de pueblos y miles
de habitantes de varias regiones.
Anualmente la productividad
disminuye un 35 por ciento en alrededor de 80 mil hectáreas.
Otro gran problema en Chiapas es el comercio
ilegal de animales silvestres, así como la falta de normas y leyes efectivas
para regular la caza.
Actualmente, existen en el estado 56
áreas naturales protegidas, que representan el 15 por ciento del territorio estatal, tienen
como objetivo central la conservación de las áreas naturales representativas
del estado. Sin embargo algunas de ellas, no cumplen con este propósito, porque
enfrentan: falta de claridad en sus límites, porque no existen
responsabilidades ni autoridades definidas para su manejo, carencia de medios
materiales y personal para su administración y conflictos de tenencia de la
tierra, asentamientos humanos irregulares e invasiones, cacería ilegal y daño
por diversas obras de desarrollo.
Es grave la contaminación por aguas
residuales en las 35 ciudades con mayor población ya que, las descargas se
hacen directamente en ríos, lagos y el mar.
Las cuencas hidrológicas más
afectadas se encuentran en la vertiente del Pacífico y el río Grijalva, donde
las descargas son vertidas sin tratamiento previo, con impactos graves sobre la
salud humana y de los ecosistemas.
Entre las fuentes de contaminación
se encuentran las microempresas, los campos petroleros en la zona norte, los
beneficios húmedos de café, la planta productora de moscas, los ingenios
azucareros, el uso de agroquímicos y desechos de agroindustrias.
Una fuente más de contaminación es
la basura, problema del que no nos hemos ocupado. Chiapas carece de programas y
proyectos que permitan su reciclaje y un tratamiento adecuado.
Me he referido muy apretadamente a
la dolorosa realidad social y luego a la gran problemática ambiental en
Chiapas, de cuya solución o abandono depende la conservación o pérdida de
nuestros ecosistemas y de la vida misma de los individuos y de las sociedades.
Medio ambiente y cultura están íntimamente vinculados con el desarrollo.
En resumen nuestros principales
problemas ambientales se dan por la pérdida de la cobertura forestal, los
incendios, las quemas agropecuarias y la
ganadería extensiva, entre otras.
Los problemas que se generan por el
crecimiento de la población, tenencia y explotación desmedida de la tierra; la
comercialización y el bajo ingreso de la producción; el crecimiento de las
ciudades y la contaminación; falta de educación, capacitación, asesoría y
asistencia técnica, que hace a la gente cada día más pobre.
Los problemas provocados por la
falta de cumplimiento del gobierno en el ámbito del desarrollo y la protección
del medio ambiente; la carencia de una planeación del desarrollo regional, así
como la ausencia de participación social para la gestión del desarrollo
regional.
Esta es pues, la tragedia y paradoja
de Chiapas: Estado rico, gente empobrecida, naturaleza amenazada.
En nuestro estado es evidente que la
geografía de esta degradación va de la mano con la geografía de la pobreza, por
lo que urge realizar acciones concretas para desarrollar un proceso hacia un
desarrollo sustentable que frene el deterioro ambiental.
Hoy, con la presencia y aportaciones
del Partido Verde Ecologista de México, a esta gran alianza política y social,
avanzaremos en la gran tarea a favor de la tierra y de los hombres, la alianza
hará suya sus postulados y los que habremos de recoger de grandes hombres y
grandes mujeres que, en su lucha por enseñarnos a convivir con la naturaleza y
no sobre ella, nos han heredado generosamente Faustino Miranda, Miguel Álvarez
del Toro, Franz Blom, Gertrudis Duby y Walter Harmamm, entre otros humanistas y
científicos enamorados de estas tierras.
Para lograr la transformación de
este potencial en beneficio de la población chiapaneca, requerimos profundizar
en las reformas económicas, políticas y sociales, que nos permita superar la contradicción entre la
riqueza natural y la severa pobreza de la población, sobre todo de las
comunidades indígenas.
Para ello proponemos la realización
de estudios que registren y evalúen los recursos del suelo, la flora y la fauna
para promover con instituciones y empresarios esquemas de inversión que
contribuyan a un fin común: el desarrollo de Chiapas.
Con los especialistas y con las
comunidades buscaremos las estrategias que nos permitirán hacer uso de los
recursos naturales y su enorme potencial para el desarrollo, el mejoramiento de
las condiciones de vida, la estabilidad económica y la paz social.
Haremos posible un aprovechamiento
duradero de nuestros recursos naturales que mejore la calidad de vida de los
chiapanecos, mediante la superación del rezago social y la pobreza bajo la
premisa de que no puede haber mejoramiento de unos cuantos y pobreza para la
mayoría.
Nos queda claro a quienes trabajamos
por este proyecto que en breve será gobierno, que primero tenemos que hacer
todo lo que esté de nuestra parte para lograr la paz entre los que aquí
habitamos, porque sin esta condición todo proyecto, toda propuesta no dejará de
ser más que simples y buenos deseos.
Me comprometo con todas y todos los
ecologistas de nuestro país, a impulsar la más seria política ambientalista que
ya le debemos a la naturaleza, y que tenga su principal detonador en Chiapas.
Desde la Alianza concretamente proponemos:
Diseñar planes que respondan a las
necesidades regionales de desarrollo y hagan buen uso de los recursos
naturales. Es necesario reducir el deterioro de los suelos y la vegetación, y
rescatar las formas de cultivo tradicionales que contribuyen a la recuperación
de la tierra, como la rotación y la alternancia de cultivos, y abandonar las
prácticas dañinas para la productividad.
Promover una cultura y educación
para el desarrollo regional y el manejo de los recursos naturales.
Impulsar los sistemas de tratamiento
y reciclaje de aguas residuales y basura.
Estimular y promover la inversión en
la micro y agroindustria comprometida con el cuidado al medio ambiente
Apoyar preferencialmente a los productores
y organizaciones sociales con producción orgánica.
Realizar una revisión a fondo de la
legislación y normatividad vigente en materia de protección y conservación
ambiental.
Descentralizar las acciones del
gobierno, hacia las regiones, municipios y comunidades, a fin de acercar la
asesoría, asistencia técnica, servicios y capacitación para la producción y la
comercialización.
Impulsar la diversificación de la
producción, el uso de tecnologías alternativas como la labranza cero y la
agroforestería.
Realizar un inventario de los
recursos naturales en el estado.
Fortalecer las acciones para la
conservación de los recursos naturales, del sistema de áreas naturales
protegidas y reforzamiento de la inspección y vigilancia.
Impulsar y fortalecer la investigación
científica y tecnológica, básica y aplicada, para la conservación, manejo y
aprovechamiento de los recursos naturales y finalmente,
Impulsar la regularización de la tenencia y el usufructo de la tierra en
las regiones críticas y de urgente protección y conservación de los recursos
naturales.
Señoras y Señores:
En nuestro Chiapas tan lleno de
malas noticias, hoy, la incorporación del Partido Verde Ecologista a la Alianza
Opositora es una muy buena noticia.
Independientemente de nuestra filiación
política, credo religioso o color de piel, las tareas de reflexión y acción
ecológica nos convocan a todos, porque el mundo es, sencillamente la casa de
todos.
Nos preocupa que en Chiapas, la
corrupción ha infestado ríos, talado bosques y profanado suelos.
Nos preocupa que para compensar la
deforestación, en Chiapas nuestras selvas se hayan teñido del verde de los
uniformes militares.
En la vida hay temas y asuntos que
son opcionales. La ecología no es un tema opcional. Por tanto, las prioridades
del nuevo gobierno serán: alimentación, salud, educación y medio ambiente.
Nos esforcemos por intentar un nuevo
comienzo que impulse el desarrollo de una cultura ecológica, con acciones
educativas viables que nos enseñen a reconocer que los seres humanos no somos
el punto y aparte de la naturaleza sino parte de ella, y que nuestro deber
consiste en no comportarnos como dueños sino como administradores que deben con
sus acciones, rendirle cuentas a la naturaleza.
Muchas gracias.