Discurso en el acto de Registro en el Partido de la Revolución Democrática.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas;
15 de octubre de 1999.
Discurso del Senador,
Pablo Salazar Mendiguchía en el acto
de Registro
en el Partido de la Revolución
Democrática.
Compañeras y
compañeros del Partido de la Revolución Democrática:
Simpatizantes
de la candidatura de la esperanza ciudadana:
Este día, 15 de octubre, después de
visitar la región de Mezcalapa en mi firme trabajo con las bases de las
organizaciones sociales y los partidos políticos, he llegado a las oficinas
centrales del Partido de la Revolución Democrática para entregar a la Mesa
Directiva de su Consejo Estatal mi registro como aspirante a la gubernatura del
estado de Chiapas.
Más que un acto personal, mi
candidatura ha sido propuesta por decenas de militantes perredistas, por
numerosos comités municipales, por consejeros estatales del Partido de la
Revolución Democrática que han coincidido en mi proyecto democrático para tener
un nuevo Chiapas para un nuevo siglo.
Cientos de perredistas y ciudadanos
en todos los rincones del estado se han expresado a favor del trabajo
profesional, serio, responsable, comprometido que el Partido de la Revolución
Democrática, el Partido del Trabajo, el Partido Acción Nacional, el Partido
Verde Ecologista de México, el Partido Centro Democrático, Convergencia por la
Democracia y el Movimiento de la Esperanza emprendieron hace ya nueve meses
para conformar la Alianza Opositora en Chiapas. No menores han sido las
simpatías hacia una candidatura que reciba el apoyo del conjunto de
organizaciones sociales, ciudadanas y sectoriales de que se han dotado los chiapanecos.
La gran Alianza social, incluyente crece día con día. Mi trabajo para
conseguirla es incesante y de tiempo completo. Me comprometí, desde el 14 de
febrero de este año, a disponer de todas mis capacidades para lograr la más
amplia fuerza político-electoral que permita a los chiapanecos tener, en
verdad, un gobierno que piense, valore y priorice el interés de la gente.
Hemos avanzado. El Partido de la
Revolución Democrática, con la generosidad que le distingue ha decidido, una
vez más, poner a disposición de la sociedad y quien ésta determine su
candidatura al gobierno del estado de Chiapas. Es la segunda vez que lo hace.
En 1994, inmediato al levantamiento armado aún irresuelto, el PRD en Chiapas
fue sensible al momento histórico y político y llevó como candidato a
gobernador a Amado Avendaño Figueroa. En aquel entonces, una alianza parcial
del PRD con la amalgama del movimiento social organizado, casi consiguió la
hazaña histórica de conquistar la gubernatura del estado. Fueron las primeras
elecciones competidas de la historia contemporánea de Chiapas. Hace seis años,
el PRD y las organizaciones tuvieron un papel relevante en la construcción de
la nueva geografía política de Chiapas. Ahora, en 1999, con el Partido de la
Revolución Democrática como la segunda fuerza electoral, con la mayoría de los
partidos políticos de oposición, con decenas de fuerzas sociales que antes ni
siquiera participaban en procesos electorales, tenemos la plena seguridad de
conquistar el primer gobierno democrático del nuevo milenio. Nuevamente la
competitividad será una característica; pero la diferencia, es que hoy el
pueblo chiapaneco toma conciencia de que su decisión, de que el resultado de la
elección, tiene que ver con un sentido de supervivencia ante décadas de pillaje
y retraso político, económico y social.
Con toda la aportación histórica del
Partido de la Revolución Democrática y sus antecedentes en las luchas sociales
del estado de Chiapas, representaría un enorme orgullo poder participar en la
contienda electoral del año próximo con las siglas del partido del sol azteca.
Nos acompañaría, de esa manera: la autoridad política, la tenacidad de una
militancia histórica, la memoria de hombres y mujeres que han entregado su vida
por la más noble causa que es la transformación democrática de la sociedad.
He hecho un compromiso ético con la
sociedad. Lo hago públicamente, también, con el Partido de la Revolución
Democrática, con su militancia que es celosa guardián de su patrimonio político
como institución. En caso de resultar ser electo como su candidato a
gobernador, el próximo 23 de octubre, sabré respetar y defender los principales
postulados políticos y programáticos del proyecto de la Revolución Democrática.
Entre ellos:
La democracia en tanto un orden social en el cual las decisiones
mayoritarias de la población controlan las fuentes fundamentales del poder
político, económico y social.
La justicia para la instauración de una sociedad en donde se otorgue a
todas y todos los ciudadanos lo que les corresponde según su propio esfuerzo,
siempre y cuando este esfuerzo no se lleve a cabo contra la ley ni en
detrimento de otras u otros ciudadanos.
La igualdad de derechos y oportunidades de todos en busca de la
supresión de cualquier privilegio proveniente de la riqueza personal, la
función pública o el poder; la garantía del derecho al disfrute personal y
familiar del producto del propio trabajo manual e intelectual; y el logro de un
desarrollo integral y equilibrado de las diversas regiones del estado.
El trabajo como valor esencial de la sociedad y fuente principal de la
riqueza, dignidad y creatividad de los seres humanos.
La libertad en sus distintas especificaciones consagradas en la
Constitución y que son principios inviolables de la convivencia social.
La dignidad del ser humano como valor sustantivo de la sociedad.
El desarrollo sustentable como noción para generar una economía
alternativa que permita superar la pobreza y alcanzar un desarrollo socialmente
incluyente y humanamente digno para todos los grupos de la población.
La ética política que implica la lealtad al compromiso democrático, el
ejercicio del pensamiento crítico, con la honestidad y transparencia en el
ejercicio de la función pública.
Agradezco la presencia de todos
ustedes que han respaldado mi candidatura. Reconozco la generosidad del Partido
de la Revolución Democrática que no obstante contar con cuadros valiosos,
formados en la lucha social y política, con un compromiso indeclinable e
incuestionable de décadas en la izquierda chiapaneca, ha decidido colocar al
servicio de la colectividad su fortaleza política. Aquellos militantes
perredistas distinguidos y reconocidos también por la sociedad tienen, desde
ahora, una reconocible contribución intelectual, política y material con este
ascendente movimiento popular hacia las elecciones del año 2000.
Vamos por el gobierno del estado con
la Coalición Opositora, con el Partido de la Revolución Democrática y con la
alianza más importante que ninguna otra candidatura podrá lograr: con la gente
de Chiapas que ha recobrado su derecho a la esperanza.