Discurso pronunciado por el senador independiente Pablo Salazar Mendiguchía, al ser nombrado candidato a la gubernatura del Estado por el Partido de la Revolución Democrática.
Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas;
Octubre
23 de 1999.
Versión
estenográfica del discurso pronunciado por el
senador
independiente Pablo Salazar Mendiguchía,
al
ser nombrado candidato a la gubernatura del Estado
por el Partido de la Revolución Democrática.
Señoras
y señores consejeros:
Llegamos
juntos hoy a la culminación de una etapa de construcción colectiva, en esta
nueva lucha democrática.
Agradezco
el voto de ustedes y lo asumo como compromiso cabal, lo recibo con
responsabilidad.
Este
consejo soberano ha decidido en nombre y representación del perredismo
chiapaneco ejercer, en un acto de democracia representativa, su facultad de
elegir al candidato para encabezar el gobierno del nuevo milenio. Agradezco a
los que con su voto expresaron su confianza en este proyecto. Agradezco a los
que creyeron en mí, a los que están en proceso de creer, y a aquellos que no
creen, pido que me den una oportunidad, a ellos les digo, yo no quiero ser
bandera, quiero ser abanderado de este partido.
Agradezco
la generosidad del Partido de la Revolución Democrática, quien abrió sus
puertas a una candidatura externa. Me honra ser abanderado de un partido
combativo, sufriente, que ha ensanchado su fuerza y presencia social en este
estado a golpe de agravios; un partido que ha padecido persecución,
encarcelamiento, represión y hasta muerte
y que, a pesar de ello, es la segunda fuerza política del estado. Merece
mi homenaje y reconocimiento por su militancia heroica. A ese partido que me
abrió sus puertas vengo hoy en actitud de humildad a ofrecer mi capacidad y
servicio para reconciliar, para unir,
para ser factor de armonización y no de división, para contribuir a cerrar
heridas y abrir cauces de participación. Invito respetuosamente a todas y a
todos a construir ese gran proyecto cuyo objetivo sea recuperar la vida
institucional en Chiapas, el valor de la política, de la decencia en el
ejercicio del poder, a ejercer la democracia como norma de vida y no como moda
electoral. Invito a todos, compañeras y compañeros, a levantar la mira, a
superar nuestras diferencias, a transformar nuestra debilidad en fortaleza.
Saludo
a las expresiones de la vida interna de este partido que expresan su riqueza.
Dejemos que siga siendo su característica la riqueza y no nuestra debilidad
hacia el exterior. Me comprometo a
continuar con pasión y paciencia la lucha en la que nos precedieron otros; a defender los principios y valores
por los que ustedes tanto se han esforzado. Me comprometo a tomar la estafeta
exactamente ahí, donde hace ya cinco años la dejó Amado Avendaño. Hago un
llamado respetuoso a todos los que sientan y tengan un compromiso con Chiapas,
a personas y organizaciones que estén comprometidos con el cambio a sumarse a
este esfuerzo, no se trata de impulsar a una persona, se trata de ampliar este
movimiento social que está resurgiendo en Chiapas y que nadie, absolutamente nadie, va poder
detener.
Me
comprometo a luchar junto a ustedes por recuperar los sueños por los que muchos
perredistas aquí y allá perdieron la vida, por los que siguen forjando hoy, los
que todavía siguen en combate. Sueño como ustedes, con un Chiapas democrático,
justo y libre; sueño con un Chiapas en donde la felicidad sea el pan nuestro de
cada día, sueño con ser parte de un gobierno que si no tiene la capacidad para
hacer a los chiapanecos más felices, que por lo menos no los haga mas
infelices. Sueño con un Chiapas en paz y reconciliado. Sueño con un Chiapas en
donde ya nadie tenga que morir ni matar por un pedazo de tierra, por un espacio
democrático o simplemente por defender su verdad. Sueño con un Chiapas en donde
la diferencia no se persiga y la convivencia entre los diversos sea la
normalidad. Sueño con un Chiapas unido, no homogéneo, un Chiapas fortalecido
por la unidad de las diferencias y por la armonía de las contradicciones. Sueño
con un Chiapas en donde se olvide la odiosa venganza y que termine por siempre
el rencor… y sueño con un Chiapas en que
una y no otra, una sola sea nuestra hermosa esperanza y uno solo también
nuestro amor.
Muchas
gracias.