Carta de Pablo Salazar a Juan Sabines en 2007
Este lunes 4 de septiembre, el presidente Felipe Calderón estuvo en Chiapas para encabezar una reunión ante la llegada del huracán “Felix”. En tu intervención, hiciste aseveraciones relacionadas con el paso del huracán “Stan”, en 2005; todas ellas, producto de la desinformación, ignorancia o mala fe. En ninguna de las tres probabilidades sales bien parado. No quiero dejar pasar-como ya lo he hecho- la oportunidad, para hacerte las siguientes precisiones:
“Aún conociendo el curso y
la fuerza del fenómeno (Stan), nunca nos sentamos, nunca nos reunimos para
tomar acciones preventivas” En ese año, tú te
desempeñabas como Presidente Municipal de Tuxtla Gutiérrez. La capital del
estado nunca estuvo en la ruta del meteoro. Prueba de ello es que Tuxtla
Gutiérrez, afortunadamente, no fue de los 41 municipios afectados. El mayor
impacto se registró en el Soconusco, la Costa y la Sierra. Desde el 20 de
septiembre de 2005(15 días antes del huracán), se activó el Plan de Contingencia
y el Consejo Estatal de Protección Civil se instaló en la ciudad de Tapachula.
Consecuentemente, por ser una problemática ajena a tu municipio, estuviste al
margen de todo este proceso. Todo lo contrario de lo que pueden testimoniar los
presidentes municipales, aún en funciones, de los municipios y regiones
afectadas, quienes estuvieron activos ante la presencia del huracán “Rita” y de la tormenta tropical “Norma”. Me queda claro que estabas por
esos días ya tan ocupado en tus actividades preelectorales, que la dimensión
del evento te pasó de noche.
“El meteoro nos sorprendió
prácticamente sin prevención alguna o por lo menos sin una coordinación
estricta con la federación y mucho menos interestatal”. Como ex diputado local y ahora como gobernador, deberías de saber que por
ley, el Consejo Estatal de Protección Civil se constituye por las instancias
estatales con participación de las entidades federales. Como se aprecia,
desconoces lo que hasta en una hemeroteca puede indagarse: el 27 de septiembre,
mucho antes de “Stan”, la
Coordinación General de protección Civil de la Secretaría de Gobernación,
mediante los boletines números 221 y 224, emitió la Declaratoria de Emergencia
para los primeros 12 municipios afectados. En la emergencia, hubo mucho más que
una coordinación: se constituyó un Centro Único de Mando con dependencias
importantísimas como la Secretaría de Marina y la Secretaría de la Defensa
Nacional.
“El saldo, cientos de
muertos”. El dato que te proporcionaron no pertenece a
Chiapas sino a Guatemala. El mismo fenómeno que afectó al territorio
mesoamericano común tuvo, en efecto, en el vecino país, 650 muertos; en
Chiapas, se registraron 82 decesos en el universo de 92 mil personas
trasladadas a refugios temporales y 45 mil familias afectadas. Puedes verificar
esta información en la Fiscalía General del Estado, esa dependencia fue la
responsable de practicar las diligencias correspondientes, tanto para declarar
la defunción como la desaparición de cada uno de los casos reportados.
Precisamente, la intensa labor de prevención desarrollada, durante días previos
al golpe del huracán “Stan”, hizo la
diferencia entre el número de víctimas humanas en un país y otro.
“Una reconstrucción
improvisada, lenta y llena de sospechas, no se hizo ni una reunión previa, ni
un recuento adecuado de los daños”.
Asombrosamente, descalificas el trabajo honrado y altamente profesional de
colaboradores del presidente Calderón como Josefina Vázquez Mota, hoy
Secretaria de Educación y, en 2006, Comisionada por el Gobierno Federal para
los trabajos de reconstrucción en Chiapas. La secretaria Vázquez Mota,
prácticamente trasladó su residencia a la costa de Chiapas, antes, durante y
después de la tragedia. Qué decir del heroico trabajo de las fuerzas armadas,
tanto del Ejército mexicano como de la Marina, quien incluso, comisionó de
tiempo completo al Almirante Raúl Santos Galván, actualmente Subsecretario de
Marina, para atender la emergencia. Estas instancias, de manera directa,
participaron desde los trabajos de prevención hasta el rescate y salvamento de
vidas y la distribución de víveres para los damnificados. Si esto no hubiera
ocurrido, entonces sí, estaríamos hablando no de cientos sino tal vez hasta de
miles de muertos. Llama la atención que consideres “improvisado” el Plan de Reconstrucción presentado al Congreso del
Estado en noviembre de 2005, cuando éste rige sustancialmente los trabajos que
tu gobierno hasta la fecha realiza. El recuento de daños ahí contemplado es,
básicamente, el universo de atención que tu propia administración ha asumido
como válido. Debo de aclararte, que éste, se realizó en estricto cumplimiento a
las rigurosas y estrictas reglas de operación del Fonden. Ni los chiapanecos ni
los mexicanos conocen otro documento. Que yo sepa tu gobierno no ha elaborado
ninguno.
“Se repartieron derechos a
viviendas al por mayor, incluso para quienes rentaban casas”. En ninguna emergencia antes, se había realizado un censo de viviendas
dañadas con tanto rigor, estricto, acucioso y tan vigilado como en el 2005. Hasta
5 filtros pasaron antes de su aprobación: alcaldes, padrones de CFE, catastro,
sistemas municipales de agua potable, y el último de ellos fue el de la propia
sociedad organizada. Todos los comités de vivienda que para entonces ya se
habían integrado, fueron la última criba para definir el universo de atención.
Al final del proceso de depuración, eliminamos a más de 3 mil falsos
damnificados. La respuesta a los daños del huracán “Stan” marcó un antes y después en la experiencia institucional del
país. Conjuntamente con el gobierno federal y organizaciones de la sociedad
civil, se instauraron programas únicos en México como la reposición de enseres
domésticos y el Programa de Inquilinos, un novedoso concepto en las políticas
de protección civil, para atender a quienes perdieron todo: sus pertenencias y
el espacio en que vivían. La paradoja, hasta entonces, era que las casas se
reponían a los dueños que no vivían en ellas, quedando ese sector, el de los
arrendatarios, como el más vulnerable frente a la desgracia. Los damnificados
se quedaban literalmente en la calle, sin opción. Gracias a la generosidad de
las fundaciones integradas en “Unidos
por ellos”, con recursos que lograron recolectar, la visión social y humana
de la reconstrucción tuvo respuesta hasta para estas personas. Con tu
descalificación a este programa, también estás descalificando la bondad y el
compromiso de personas como don Alfredo Ashard, Alfredo Harp Helú, Esteban
Moctezuma, Claudio X González y Juan Ignacio Avalos, por mencionar solo a algunos.
Con ellos se construyó este mecanismo, que, por primera vez benefició a
inquilinos en una emergencia. Esta acción, constituye un orgullo para los
gobiernos federal, estatal, las organizaciones de la sociedad y para los
propios damnificados. Me sorprende el desprecio y la supina ignorancia con la
que te refieres a este programa.
“Todavía a fines de
noviembre de 2006, se presumió como un desafío la conclusión de la
reconstrucción”. En ningún lado existe esa
afirmación. Lo que se dijo en la última reunión de evaluación de la
reconstrucción, de las pasadas administraciones federal y estatal, es que la
magnitud del esfuerzo institucional ante la tragedia equivalía a haber
realizado, en tan sólo un año, lo que son metas sexenales en gobiernos
estatales de otro tamaño. Como, insisto, estabas ya tan ocupado en tus cosas
personales, seguramente no tuviste idea del tamaño de la desgracia. Te la
recuerdo: Se desbordaron casi 40 ríos, se destruyeron más de ¡5,800 mil
kilómetros de carretera!, se colapsaron más de 600 sistemas de agua potable, se
cayeron más de 200 puentes y resultaron con afectaciones más de 45 mil
viviendas. Si quieres medir el brutal esfuerzo que hicimos gobierno federal,
estatal y sociedad para poner de pie en menos de un año lo que estaba de cabeza,
compara lo que hizo el gobierno del país más poderoso del mundo con Katrina
(hasta hoy, hay viviendas derrumbadas sin ser atendidas) y lo que nosotros
pudimos realizar en tan poco tiempo. En la última reunión a la que te refieres,
presidida por el entonces Secretario de Gobernación Carlos Abascal, estuviste,
por cierto, presente en tu calidad de gobernador electo y nada de lo que hoy
afirmas fue dicho por ti. Por el contrario, fiel a tu costumbre de esos días (y
al parecer de hoy) fuiste muy elogioso y meloso con el programa de
reconstrucción y con tu jefe en turno. Llegar a más del 90 por ciento de
cumplimiento del Plan de Reconstrucción es un logro innegable de las
instituciones y de la sociedad, del cual nadie tiene derecho a apropiarse, pero
tampoco de minimizarlo. Aunque te pese, tendrás que reconocer que tu gobierno,
está hoy más preparado para enfrentar una contingencia, gracias al piso que te
dejamos, sobre el que hoy estás parado.
Juan:
Sabes muy bien que la reconstrucción ha sido un tema de uso político, no
precisamente porque los interesados busquen atender a la gente necesitada. Así
ocurrió en la propia contienda electoral a gobernador. Tú mismo padeciste la
infamante acusación de que, recursos de la reconstrucción fueron a parar a tu
campaña. Por eso, son inaceptables juicios y descalificaciones fuera del
contexto de la mayor tragedia natural que se ha vivido en la historia de
Chiapas. Más ofensivo me parece, viniendo de ti.
Pablo Salazar Mendiguchía